Primera lectura: Job 38,1.12-21; 40,3-5:
¿Has mandado a la mañana?
Salmo: 139:
“Guíame, Señor, por el camino eterno”
Evangelio: Lc 10,13-16:
“Quien me rechaza, rechaza al que me envió”
26ª Semana Ordinario San Francisco de Asís
14 Y así, el juicio será más llevadero para Tiro y Sidón que para ustedes.
15 Y tú, Cafarnaún, ¿pretendes encumbrarte hasta el cielo? Pues caerás hasta el abismo.
16 Y dijo a sus discípulos: El que a ustedes escucha a mí me escucha; el que a ustedes desprecia a mí me desprecia; y quien a mí me desprecia, desprecia al que me envió.
Resulta cada vez más necesario un cuidado de la atención pastoral. Estar atentos, agudizar los sentidos para discernir contemplando con realismo las situaciones más apremiantes que nos rodean y proceder a enfrentarlas. Los reproches de Jesús hacia sus contemporáneos remarcan el nombre de ciudades significativas; son un modo de cuestionar la falta de atención a las manifestaciones que Dios ha tenido para con ellas. En este sentido, la atención es un modo de abrirse al reconocimiento, a ubicar las cosas en su justo lugar y corresponder a la fidelidad de Dios. La invitación es a practicar la atención plena, a fomentar una mística de ojos y oídos abiertos para dar paso a los gestos agradecidos. La atención es también un modo de amor por la vida en los márgenes, donde el reclamo permanente de los excluidos genere movimiento solidario. Por esto, la apertura y participación hace que más personas sean capaces de ver dónde Dios nos demanda respuestas ágiles y siempre oportunas.
“Se hace necesario cargar con el peso del antirreino y tomar la cruz de cada dÁa en comunio´n con Jesu´s y los crucificados de la tierra” (J. Pagola).