Primer Lectura: Éx 34,29-35:
Al ver a Moisés, no se acercaron a él
Salmo: 99:
«Santo eres, Señor, Dios nuestro»
Evangelio: Mt 13,44-46:
Vende todo lo que tiene y compra el campo
17a Semana Ordinario, Santa María De Jesús Venegas, religiosa (1959), San Pedro Crisólogo (451)
44 El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo: lo descubre un hombre, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, vende todas sus posesiones para comprar aquel campo.
45 El reino de los cielos se parece a un comerciante de perlas finas:
46 al descubrir una de gran valor, va, vende todas sus posesiones y la compra.
Moisés actúa como mediador entre Dios y el pueblo. Los encontramos dóciles al liderazgo de Moisés, a quien Dios se dirige directamente, instruyéndoles en el proceso de organización como sociedad alternativa. Es oportuno orar por nuestros guías en el camino hacia Dios, para que tengan sabiduría y sepan animar los procesos de fe y de comunidad.
Jesús presenta dos parábolas para motivar a la gente a generar cambios en su modo de proceder. Tanto el tesoro escondido como la perla de gran valor requieren de corazones dispuestos a sacrificar algo. Se renuncia a algo por un bien mayor. Por lo tanto, necesitamos reconocer que el Reino de Dios, no llega sin la renuncia a intereses personales o a estructuras que no benefician a las mayorías. Vivimos en sociedades polarizadas y con escasez de liderazgos que velen por el bien común. Si queremos colaborar con la transformación de la sociedad no podemos hacer prevalecer actitudes divisionistas o partidarias. Que como Iglesia ejerzamos el papel mediador sin favoritismos.
“Dios, que quiere actuar con nosotros y contar con nuestra cooperación, también es capaz de sacar algún bien de los males que nosotros realizamos” (LS 80).