20º Semana ordinaro
San Bernardo (1153)
Jue 9,6-15:
El Señor es su rey
Salmo 21:
«Señor, el rey se alegra por tu fuerza»
Mt 20,1-16:
«¿Vas a tener envidia porque soy bueno?»
1 Enseñó Jesús: El reino de los cielos se parece a un hacendado que salió de mañana a contratar trabajadores para su viña.
2 Cerró trato con ellos en un denario al día y los envió a su viña.
3 Volvió a salir a media mañana, vio en la plaza algunos que no tenían trabajo
4 y les dijo: Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo debido.
5 Ellos se fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde e hizo lo mismo.
6 Al caer de la tarde salió, encontró otros que no tenían trabajo y les dijo: ¿Qué hacen aquí ociosos todo el día sin trabajar?
7 Le contestan: Nadie nos ha contratado. Y él les dice: Vayan también ustedes a mi viña.
8 Al anochecer, el dueño de la viña dijo al capataz: Reúne a los trabajadores y págales su jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.
9 Pasaron los del atardecer y recibieron un denario.
10 Cuando llegaron los primeros, esperaban recibir más; pero también ellos recibieron la misma paga.
11 Al recibirlo, se quejaron contra el hacendado:
12 Estos últimos han trabajado una hora y les has pagado igual que a nosotros, que hemos soportado la fatiga y el calor del día.
13 Él contestó a uno de ellos: “Amigo, no estoy siendo injusto; ¿no habíamos cerrado trato en un denario?
14 Entonces toma lo tuyo y vete. Que yo quiero dar al último lo mismo que a ti.
15 ¿O no puedo yo disponer de mis bienes como me parezca? ¿Por qué tomas a mal que yo sea generoso?” 16Así los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos.
La proclamación del Reinado de Dios entraña una nueva manera de ejercer el liderazgo, alejada de todo poder de dominio. Abimelec significa, irónicamente, “mi padre es rey”, pero no tiene paternidad dinástica ni nombramiento divino. Gana su lugar con intrigas y asesinatos en la sociedad. Jotán, pequeño él y habiendo sido una de las víctimas de Abimelec, denuncia con valor la incompetencia y lo peligroso de su reinado frente a otros liderazgos presentes en Israel. Abimelec no se merece el salmo del día de hoy, pero nos dispone a abrazar la novedad de Jesús: «El rey se alegra por tu fuerza». Aunque aparentemente resulta injusto el proceder del propietario de la viña; esta parábola refleja el contexto socioeconómico israelita, mostrando un patrón que paga por igual sin importar las horas de trabajo. En el fondo parece cuestionar una mentalidad meritocrática y legalista frente a una inspirada en la gratuidad y amor por los últimos. El Reinado de Dios implica una nueva visión del liderazgo, sin egolatrías peligrosas.
“No digo que tengo prójimos a quienes debo ayudar, sino que me siento llamado a volverme yo un prójimo de los otros” (Papa Francisco).