Primera lectura: Núm 24,2-7.15-17a:
Surge un astro, nacido de Jacob
Salmo: 25:
“Señor, enséñame tus caminos”
Evangelio: Mt 21,23-27:
El bautismo de Juan, ¿de dónde venía?
3ª Semana de Adviento Santa Adelaida (999)
24 Jesús les contestó: Yo a mi vez les haré una pregunta, si me la responden, les diré con qué autoridad hago esto:
25 El bautismo de Juan, ¿de dónde procedía?, ¿del cielo o de los hombres? Ellos discutían la cuestión: Si decimos que del cielo, nos dirá que por qué no le creímos;
26 si decimos que de los hombres, nos asusta la gente, porque todos tienen a Juan por profeta.
27 Así que respondieron a Jesús: No sabemos. Él les replicó: Entonces yo tampoco les digo con qué autoridad lo hago.
¿Qué hace a una persona digna de credibilidad y autoridad? Rápidamente responderemos que su testimonio de vida. La carta de presentación de Jesús era la coherencia entre lo que decía y practicaba; además, el arraigo de su vida y misión provenía de su comunión plena con Dios. En cambio los líderes religiosos desconocían a Dios y se arrogaban la autoridad, viviendo de la apariencia y juzgando a los demás. Aun cuando la falta de testimonio de muchos sus miembros nos enoje y nos entristezca, no dejemos que nos invada el desaliento. Miremos a Jesús que nos llama, más que nunca en estas circunstancias, a dar razón de nuestra fe con docilidad y humildad, pero no sólo al interior de la comunidad sino en el vecindario, en el lugar de trabajo y especialmente en la familia. A ejemplo de Jesús, pidamos que sea Dios, con su gracia, quien actúe y dé sabiduría a nuestra vida. Agradezcamos también en este día por todas las personas que, con su ejemplo de entrega y fidelidad, nos inspiran a ser mejores personas.
“La amenaza seria para la cultura de la satisfacción proviene de aquellos a los que se está dejando fuera del bienestar” (J. Pagola).