Primera lectura: 1Jn 2,22-28:
“Lo que han oído desde el principio permanezca en ustedes”
Salmo: 98:
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios
Evangelio: Jn 1,19-28:
“En medio de ustedes hay uno que no conocen”
Antes de Epifanía San Basilio (379) San Gregorio Nacianceno (390)
A diario nos encontramos con Testigos al estilo de Juan el Bautista. Gente sencilla, humilde, de una fe inquebrantable: delegados de la Palabra, catequistas, agentes de pastoral, padres y madres de familia; su vida irradia a Dios y, con su testimonio, allanan el camino que conduce hacia él. Son testigos audaces que no vamos a encontrar encerrados en un templo; no poseen un título eclesial ni provienen de un instituto de renombre; simplemente son artesanos de la vida que, en el silencio del desierto, han descubierto el misterio del amor de Jesucristo. Nuestras comunidades están llamadas a conocer a Jesús y arraigarse en él para ser sus testigos y comunicarlo con pasión y humildad, sin olvidar nunca la condición de discípulos. Nuestros gestos y palabras deben transmitir a un Jesús vivo y presente en medio de las realidades de dolor e injusticia que viven nuestros pueblos. Y cuando todo parezca perdido, es nuestro deber recordar: “entre ustedes hay alguien a quien no conocen”.
“Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres” (EG 187)