Primera lectura: 1Sm 24,3-21:
No extenderá la mano contra él
Salmo: 57:
“Misericordia, Dios mío, misericordia”
Evangelio: Mc 3,13-19:
Llamó a los que él quiso
2a Semana Ordinario San Macario de Alejandría (408)
14 Nombró a doce a quienes llamó apóstoles para que convivieran con él y para enviarlos a predicar
15 con poder para expulsar demonios.
16 Nombró, pues, a los Doce. A Simón lo llamó Pedro;
17 a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, a los cuales llamó Boanerges –que significa hijos del trueno–;
18 Andrés y Felipe; Bartolomé y Mateo; Tomás, Santiago de Alfeo y Tadeo; Simón el cananeo
19 y Judas Iscariote, el que lo entregó.
El evangelio de hoy demanda una precisión semántica; dice que Jesús “nombró a doce”. Algunas traducciones usan el término “creó doce”, mostrándonos que el llamado vocacional es una evocación de la acción creadora de Yahvé. Algo de novedad hay en la llamada y en los efectos que produce estar y caminar con Jesús. Son llamados “apóstoles”, es decir enviados a intensificar su común-unión con Dios y, como Jesús, a predicar y erradicar de raíz el mal que aqueja a las personas. Cada uno de los Doce es llamado por su nombre. Son personas comunes. Se omite llamar a personas piadosas o con cargos religiosos, como los fariseos y los saduceos. La base de la misión será el vínculo con la vida y las palabras de Jesús. Es importante el contexto de las personas llamadas, el proceso pedagógico de formación que ofrece Jesús y la diversidad de hombres y mujeres convocados por el amor al proyecto de la Buena Nueva del reino de Dios. Nuestras comunidades, sin ningún prejuicio, han de crear personas nuevas, continuadoras de la misión de Jesús.
“La comunidad real es encuentro y convivencia de personas concretas, cada una con su biografía humana y religiosa, sujetos llamados a encontrar en la comunidad un camino de curación y salvación” (J. Pagola).