Primera lectura: Is 10,5-7.13-16:
¿Se envanece el hacha contra el leñador?
Salmo: 94:
El Señor no rechaza a su pueblo
Evangelio: Mt 11,25-27:
“Has revelado estas cosas a la gente sencilla”
15ª Semana Ordinario San Alejo (s. V) Santos Mártires Carmelitas (1794)
26 Sí, Padre, ésa ha sido tu elección.
27 Todo me lo ha encomendado mi Padre: nadie conoce al Hijo, sino el Padre; nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquél a quien el Hijo decida revelárselo.
Jesús apareció como uno de tantos (cf. Fil 2,7)... Es el Pastor y el Cordero que lavó los pies de sus discípulos y nos ha manifestado la cercanía total de Dios en la cotidianidad humana. A Dios, nos dirá el evangelista Juan, «nadie lo ha visto jamás; el Hijo único del Padre es quien lo ha dado a conocer» (Jn 1,18). Jesús Pastor y Cordero con su vida y palabras nos lo ha dado a conocer. Este conocimiento lo ha revelado a los sencillos, a los que tienen corazón de pobres (Mt 5,3). Porque, en Jesús, Dios mismo se ha dado a conocer en esas vidas humanas de verdad. Esta oración de Jesús comparte su experiencia vital y su comunión con el Dios infinitamente sencillo y cercano. En lo más humilde de lo humano es donde encontramos al Dios que nos reveló Jesús. Es ahí donde experimentamos al Dios entrañable, capaz de abajarse y comprometerse con su obra creadora. Esta oración es una invitación a ser agradecidos con el testimonio de generosidad y entrega de los pobres de la tierra.
“Su actividad curadora está inspirada por ese Dios que se opone a todo lo que disminuye o destruye la integridad de las personas” (J. Pagola).