Primera lectura: 1Cor 6,1-11:
¡Un hermano en pleito con otro!
Salmo: 149:
El Señor ama a su pueblo
Evangelio: Lc 6,12-19:
Escogió a doce y los nombró apóstoles
23ª Semana Ordinario San Nicolás de Tolentino (1305)
13 Cuando se hizo de día, llamó a los discípulos, eligió entre ellos a doce y los llamó apóstoles:
14 Simón, a quien llamó Pedro; Andrés, su hermano; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé;
15 Mateo y Tomás; Santiago hijo de Alfeo y Simón el rebelde;
16 Judas hijo de Santiago y Judas Iscariote, el traidor.
17 Bajó con ellos y se detuvo en un llano. Había un gran número de discípulos y un gran gentío del pueblo, venidos de toda Judea, de Jerusalén, de la costa de Tiro y Sidón,
18 para escucharlo y sanarse de sus enfermedades. Los atormentados por espíritus inmundos quedaban sanos,
19 y toda la gente intentaba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
En este pasaje del evangelio pueden evidenciarse tres cercanías que sostienen la misión de Jesús: la cercanía al Padre por medio de una constante oración; la cercanía a su comunidad de discípulos, a quienes llama por su nombre, y la cercanía a un gran gentío, al pueblo, que lo escucha y desea recibir los dones de su fuerza sanadora. Estas tres cercanías son una manifestación clara del Reino que actúa como reflejo de la comunión con Dios justo y misericordioso. No puede predicarse un camino de unidad, de reconciliación o dignidad si no ponen en práctica estos principios. En este sentido, resultan un recordatorio provocador para la vida y misión de nuestras comunidades. Sin una de estas cercanías, la misión de la Iglesia corre el riesgo de debilitarse y quedar sólo en buenas intenciones carentes de fuerza profética. Por esto resulta oportuno detenerse y corroborar que el equilibrio de estas dimensiones no se pierda a nivel personal y comunitario. Así podremos participar también nosotros de esa fuerza liberadora y sanadora de Jesús.
“Hay que aprender a vivir desde otro lugar, escuchando la voz de un Dios que quiere una vida más digna y dichosa para todos” (J. Pagola).