Primera lectura: Ef 5,21-33:
Es éste el gran misterio
Salmo: 128:
Dichosos los que temen al Señor
Evangelio: Lc 13,18-21:
Crece y se hace un arbusto
30ª Semana Ordinario San Cayetano (1860) San Miguel Rúa (1910)
19 Se parece a una semilla de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y las aves anidan en sus ramas.
20 Añadió: ¿A qué compararé el Reino de Dios?
21 Se parece a la levadura que una mujer toma y mezcla con tres medidas de masa, hasta que todo fermenta.
Los seres humanos estamos acostumbrados a los eventos espectaculares y rimbombantes. Basta ver un concierto de música moderna, o un campeonato de fútbol, o la celebración de algún personaje de la farándula o del mundo de la política. Incluso en la Iglesia muchas veces el fasto y la exuberancia en algunas actividades eclesiásticas o litúrgicas son la principal característica. Pero Jesús va por otro camino. La sencillez, la pequeñez y la humildad son el mejor signo de la presencia del Reino. El proyecto de Jesús se va sembrando en el interior de la persona que se abre a su gracia. Es semilla pequeña, diminuta, que va germinando y transformando. Es pequeña porción de levadura que, desde dentro, hace crecer y fermentar la vida para que sea mejor. El Señor nos llama a dejarnos transformar desde dentro, pero también a ser semilla y levadura dentro de la Iglesia y la sociedad, desde la pequeñez y la sobriedad, para ir transformando la realidad según el designio de Dios. ¿Eres semilla y levadura en tu comunidad?
“Podemos ser evangelio. Se trata de vivir, actuar y ser de tal manera que sea una suerte encontrarse con nosotros” (J. Pagola).