23 de Marzo del 2024

5ª Semana de Cuaresma Santo Toribio de Mogrovejo (1606)

 

45 Muchos judíos que habían ido a visitar a María y vieron lo que hizo creyeron en él.
46 Pero algunos fueron y contaron a los fariseos lo que había hecho Jesús.
47 Los sumos sacerdotes y los fariseos reunieron entonces el Consejo y dijeron: ¿Qué hacemos? Este hombre está haciendo muchos milagros.
48 Si lo dejamos seguir así, todos creerán en él, entonces vendrán los romanos y nos destruirán el santuario y la nación.
49 Uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: No entienden nada.
50 ¿No ven que es mejor que muera uno solo por el pueblo y no que muera toda la nación?
51 No lo dijo por cuenta propia, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús moriría por la nación.
52 Y no sólo por la nación, sino para reunir en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos.
53 Así, a partir de aquel día, resolvieron darle muerte.
54 Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se marchó a una región próxima al desierto, a un pueblo llamado Efraín, y se quedó allí con los discípulos.
55 Se acercaba la Pascua judía y muchos subían del campo a Jerusalén para purificarse antes de la fiesta.
56 Buscaban a Jesús y, de pie en el templo, comentaban entre sí: ¿Qué les parece? ¿Vendrá a la fiesta o no?
57 Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes para que quien conociese su paradero lo denunciase, de modo que pudieran arrestarlo.

 

 

Comentario 

 

Jesús tuvo que enfrentarse al mismo oportunismo y los abusos de su tiempo que caracterizan nuestro mundo hoy. A una sociedad segmentada en jerarquías de poder opresor y excluyente que creía en un Dios elitista cuya bendición, de manera privilegiada, descendía sobre quienes custodiaban el cumplimiento de la ley religiosa y las buenas costumbres. La misión de Jesús no tuvo como principal obejtivo desmontar aquel teatro religioso, porque sus fuerzas se concentraron en mostrar el verdadero rostro de Dios a las personas marginadas de aquella sociedad. Su pasión por la justicia ofendió y provocó a los grupos de poder porque la Buena Nueva no sólo cuestionaba su falsa doctrina sino que evidenciaba el egoísmo en el que vivían. Para mantener un sistema basado en el poder, son necesarios la sumisión y el control de las mayorías. Si alguien pretende desestabilizar o generar sublevación es necesario el uso de la fuerza para eliminarlo. Hoy, Jesús continúa siendo perseguido y amenazado a muerte en aquellas personas que resultan incómodas al sistema porque reclaman justicia. Pidamos por la misión de lglesia. Para que continúe siendo fiel a la causa de Jesús.

“Se necesitaba mucha confianza para dejarle actuar a Dios y ponerse en sus manos, a pesar de todo. Jesu´s lo hizo” (J. Pagola).