Primera lectura: Gál 5,1-6:
Lo único que cuenta es una fe activa
Salmo: 119:
“Señor, que me alcance tu favor”
Evangelio: Lc 11,37-41:
Den limosna y lo tendrán limpio todo
28ª Semana Ordinario Santa Teresa de Avila (1582)
38 El fariseo, que lo vio, se extrañó que no se lavase antes de comer. 39Pero el Señor le dijo: Ustedes los fariseos limpian por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de robos y malicia.
40 ¡Insensatos! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?
41 Den, más bien, como limosna lo que tienen y todo será puro.
El excesivo legalismo conduce a la persona a quedarse en la superficialidad de la vida. Nos fijamos excesivamente en la rúbrica, la norma, la ley, la tradición y la costumbre, sin darnos cuenta de que lo importante es la persona humana. El fariseo se escandaliza porque Jesús no se lava las manos (gesto ritual) pero no percibe la autenticidad de su vida interior y de la práctica de la caridad. Para Jesús lo fundamental de la fe no son los rituales y devociones sino la práctica y la defensa de la justicia y el derecho especialmente de los más débiles. Recuerdo una anécdota de un sacerdote que estaba más preocupado porque un colega suyo, en una zona de misión lejana y abandonada, había consagrado con vino que no era de uva pero no le preocupaba en absoluto que hubiera gente durmiento a la intemperie en el atrio de su Iglesia parroquial. Para meditar: ¿En dónde pones el énfasis en tu vida de fe? ¿En las normas y costumbres o en las personas que sufren?
“Hemos de superar una idea mezquina y estrecha de la esperanza que lo reduce todo a asegurarme mi propia salvación” (J. Pagola).
