Primera lectura: Hch 18,23-28:
Apolo demostraba que Jesús era el Mesías
Salmo: 47:
Dios es el rey del mundo
Evangelio: Jn 16,23b-28:
El Padre los quiere
6ª Semana de Pascua San Frei Galvão (1822)
24 Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre; pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.
25 Les he dicho esto en parábolas; pero llega la hora en que ya no les hablaré en parábolas, sino que les hablaré claramente de mi Padre.
26 Aquel día pedirán en mi nombre, y no será necesario que yo pida al Padre por ustedes,
27 ya que el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que yo vine de parte de Dios.
28 Salí del Padre y he venido al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre.
Anunciar con alegría el Evangelio sólo es posible a partir de haber experimentado a Dios en la propia vida. El evangelio del día de hoy es una manifestación de la confianza de Jesús en el Dios que lo ha invitado a vivir la plenitud del amor. En un mundo cada vez más instatisfecho en el que nada colma las expectativas crecientes que fabrica el mercado, la Palabra de Dios nos invita a contemplar. la invitación de Jesús: podemos pedir al Padre que sea él quien calme esa hambre y esa sed insaciable de sentido que tantas veces nos agobia. Jesús ha preparado a la comunidad discipular para madurar en el amor. En su compañía, han experimentado lo que puede transformar sus vidas si se disponen a servir a los más necesitados pues en ello aseguran la felicidad plena. Hoy se hace necesario dar testimonio de la Resurrección en un mundo que se desbarata por intereses mezquinos y resta valor a la vida del ser humano y de la Creación. Las comunidades eclesiales han de levantar la voz en nombre de Jesús, reconociendo el valor sagrado de la vida y haciendo todo lo posible por cuidarla.
“¿No necesitamos hoy los cristianos conocerlo de manera más viva y concreta, comprender mejor su proyecto, captar bien su intuición de fondo y contagiamos de su pasión por Dios y por el ser humano?” (J. Pagola).