Primera lectura: Hch 11,21b-26; 13,1-3:
Era hombre lleno del Espíritu Santo
Salmo: 98:
El Señor revela a las naciones su justicia
Evangelio: Mt 10,7-13:
Anuncien que el reino de los cielos está cerca
10ª Semana Ordinario Bernabé, apóstol (s.I)
9 No lleven en el cinturón oro ni plata ni cobre,
10 ni provisiones para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bastón. Que el trabajador tiene derecho a su sustento.
11 Cuando entren en una ciudad o pueblo, pregunten por alguna persona respetable y quédense en su casa hasta que se vayan.
12 Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz;
13 si la casa lo merece, entrará en ella la paz; si no la merece, esa paz retornará a ustedes.
Jesús envía a sus discípulos de misión a que anuncien la Buena Noticia de la proximidad de un Reino que cambiará la suerte de los pequeños y empobrecidos. Ellos comprenden que el testimonio comunitario los llevará a la realización de signos proféticos que buscan la liberación y dignificación de toda vida. La expresión lo que gratuitamente han recibido, gratuitamente deben dar, es un proverbio judío que los exhorta a la generosidad y a la confianza. Jesús les pide a sus discípulos que confíen en la providencia de Dios que procurará cubrir sus necesidades básicas para la misión. Los misioneros son obreros y Dios le procurará su pago justo, este es un principio bíblico con respecto a los sacerdotes como a los obreros (cf. Núm 18,31, Lev 19, 13). Aquellas personas dignas que acogen a los misioneros y por ende aceptan su mensaje, se convierten en colaboradores y reciben la paz de Dios. ¿Acogemos en nuestra casa y en nuestras vidas a los que ejercen la misión y nos comunican a Jesús?
“A Dios le dejamos reinar en nuestra vida cuando sabemos escuchar con disponibilidad total su llamada escondida en cualquier ser humano necesitado” (J. Pagola)..
