Primera lectura: 1Re 3,4-13:
“Da a tu siervo un corazón dócil”
Salmo: 119:
“Enséñame, Señor, tus leyes”
Evangelio: Mc 6,30-34:
Estaban como ovejas sin pastor
4a Semana Ordinario San Blas, mártir (316); San Ascario (865)
31 Él les dijo: Vengan ustedes solos, a un paraje despoblado, a descansar un rato. Porque los que iban y venían eran tantos, que no les quedaba tiempo ni para comer.
32 Así que se fueron solos en barca a un paraje despoblado.
33 Pero muchos los vieron marcharse y se dieron cuenta. De todos los poblados fueron corriendo a pie hasta allá y se les adelantaron.
34 Al desembarcar, vio una gran multitud y sintió lástima, porque eran como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles muchas cosas.
Después de la siembra de la Palabra, Jesús llama a los discípulos a un lugar apartado. Teológicamente se puede vislumbrar un nuevo espacio de encuentro con Dios no relacionado con el Templo pero que es capaz de revitalizar la vida. El retiro o el descanso espiritual es necesario para recuperar fuerzas. Además, puede ser la representación del desierto donde Dios habla al corazón. El descanso trae consolación; no es un descanso de pereza u holgazanería sino de encuentro familiar propicio para la revisión de actitudes y nuevas iniciativas. La urgencia de la misión del Reino no admite mucha quietud; las necesidades son muchas y se necesitan siempre corazones disponibles. Esta imagen del retiro-misión debe configurar los espacios donde habrá de moverse la comunidad discipular. Cabe resaltar el camino del discipulado cuyo centro siempre ha de ser Jesús y su Causa. Si no es el Reino lo central de la acción evangelizadora de nuestras comunidades, se corre el peligro del activismo estéril o del conformismo egoísta.
“Por lo general, las comunidades cristianas no tienen, como horizonte y estimulo de su actuacio´n, la misio´n concreta de generar e irradiar salud en medio de la sociedad actual” (J. Pagola).