Diario Bíblico en Español

28 de Julio del 2024

Primera lectura: 2 Reyes 4,42-44:        
Comerán y sobrará
Salmo: 145: 
“Abres tú las manos, Señor, y nos sacias”
Segunda lectura: Efesios 4:1-6: 
Un solo cuerpo, un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo
Evangelio: Juan 6,1-15:                                   
Repartió a los que estaba sentados todo lo que quisieron

17º Ordinario Santos Nazario y Celso (s. II) Santa Alfonsa Muttathupadathu (1946)

 
1 En aquel tiempo, Jesús se marchó al otro lado del lago de Galilea –el Tiberíades–.
2 Le seguía un gran gentío, porque veían las señales que hacía con los enfermos.
3 Jesús se retiró a un monte y allí se sentó con sus discípulos.
4 Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.
5 Levantando la vista y viendo el gentío que acudía a él, Jesús dice a Felipe: ¿Dónde compraremos pan para darles de comer?
6 Lo decía para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.
7 Felipe le contestó: Doscientas monedas de pan no bastarían para que a cada uno le tocase un pedazo.
8 Uno de los discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dice:
9 Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero, ¿qué es eso para tantos?
10 Jesús dijo: Hagan que la gente se siente. Había hierba abundante en el lugar. Se sentaron. Los hombres eran cinco mil.
11 Entonces Jesús tomó los panes, dio gracias y los repartió a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados: dándoles todo lo que quisieron.
12 Cuando quedaron satisfechos, dice Jesús a los discípulos: Recojan las sobras para que no se desaproveche nada.
13 Las recogieron y, con los trozos de los cinco panes de cebada que habían sobrado a los comensales, llenaron doce canastas.
14 Cuando la gente vio la señal que había hecho, dijeron: Éste es el profeta que había de venir al mundo.
15 Jesús, conociendo que pensaban venir para llevárselo y proclamarlo rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.


 
 
Comentario 

 

Esta comida de Jesús en el descampado, al aire libre, es la más bella metáfora del sueño de Dios para este mundo: convertir la convivencia de la raza humana en una comida fraterna universal donde todos tengamos un lugar y algo para compartir. Jesús se prepara para esta misión en la oración con sus discípulos y, concluido el signo milagroso, de nuevo se retira a la oración para seguir su camino y alejarse de la tentación de convertirse en un simple líder político, como pretendía el entusiasmado pueblo.
El evangelio dice que estaba próxima la Pascua judía… Como si nos quisiera decir: Ahora Jesús va a adelantar la Pascua con un gesto pascual que no va ser un rito sino un gesto liberador profético, Jesús va a regalar a la humanidad el método para saciar las dos hambres del pueblo: el hambre de alimento y el hambre de la Palabra de Dios, cumpliendo así lo que dice el salmo: que el abre su mano y nos sacia. Es el Dios del compartir, el Dios que hizo fecunda su Creación con suficiente alimento y que quiere ahora darnos entrañas de misericordia para promover, no tanto el verbo ‘multiplicar’ que ya Dios lo ejerció a raudales, sino el verbo ‘compartir’.
No debemos contentarnos con la sugerencia de Felipe de resolver el hambre con la simple lógica del mercado sino más bien, como nos sugiere la Carta a los Efesios, siendo generosos hasta el extremo, humildes y amables, y manteniendo la unidad. Con este gesto que es “signo del Reino”, Juan nos introducirá en su prolongado mensaje del Pan de vida referido a la Eucaristía.
A Jesús le encantaban las comidas escandalosas por ser inclusivas y porque eran una forma de denunciar los excesos, la acumulación o el derroche, motivo por el que precipitaron su condena a muerte. En las comidas, según Jesús, siempre debe sobrar comida, como le aconteció al profeta Eliseo, y esas sobras se deben guardar no en los almacenes de una multinacional sino en doce canastas, símbolo de una comida conservada por las doce tribus de la humanidad.
Esta es la propuesta para este mundo donde hay todavía gente que muere de hambre en una escasísima mesa agobiada por el cambio climático, por la deuda ecológica, por la cultura del despilfarro y el descarte, por la explotación de la niñez y las guerras atroces… Jesús quiso dejarnos este gesto supremo de amor en la Eucaristía. Si esta comida la compartimos bien, haremos de este mundo una mesa de vida abundante. La pregunta se impone: ¿Cómo celebramos la eucaristía? ¿Con los mismos sentimientos que tuvo Jesús?

“Si Dios viene a reinar, no es para manifestar su poderío por encima de todos, sino para manifestar su bondad y hacerla efectiva” (J. Pagola).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El DIARIO BÍBLICO es un servicio desinteresado y no lucrativo que los Misioneros Claretianos de América hacen a la Nueva Evangelización, para las iglesias locales del Continente y de otras iglesias hispanoparlantes de más allá.

Esta es una publicación de © MICLA, que forma parte del grupo de Editores Claretianos Claret Publishing Group.
Bangalore • Barcelona • Buenos Aires • Chennai • Macao • Madrid • Manila • Santiago • São Paulo • Yaundé.

Diseño gráfico: e! Grupo Creativo, México.
www.egrupocreativo.com.mx

Programación: Experiencia Web, México.
www.experienciaweb.com.mx