Primera lectura: Dn 9,4b-10:
Nosotros hemos pecado, hemos cometido iniquidad
Salmo: 79:
“Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados”
Evangelio: Lc 6,36-38:
“Perdonen y serán perdonados”
2ª Semana de Cuaresma San Gaspar del Búfalo (1836)
37 No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados. Perdonen y serán perdonados.
38 Den y se les dará: recibirán una medida generosa, apretada, sacudida y rebosante. Porque con la medida que ustedes midan serán medidos.
La compasión es la capacidad que tenemos los humanos de sentir el dolor o el sufrimiento del mundo que nos rodea. La actitud contraria es la indiferencia, que nos vuelve no sólo jueces que condenan sino inquisidores implacables atentos al más mínimo error para condenar.El compadecerse es una invitación no solo a sentir el dolor del prójimo sino a entrar en un proceso de transformación que le mejore como ser humano.
Uno de los mayores obstáculos es no perdonar porque convierte a las personas en eternas víctimas que justifican así su intolerancia. Que la Cuaresma nos permita construir relaciones más profundas evitando lesionar la comunión entre hermanos y hermanas. Conflictos y diferencias siempre tendremos. Aprovechémoslos como oportunidades para crecer y madurar en aceptación mutua y corresponsabilidad. Atendamos a la invitación que el Evangelio hace a las comunidades de fe a convertirse en espacios de comunión y reconciliación. ¿Cómo está la medida de tu amor? ¿Se corresponde con aquello que recibes a diario?
“El perdón cristiano brota de una experiencia religiosa. El cristiano perdona porque se siente perdonado por Dios” (J. Pagola).