Primera lectura: 1Sm 9,1-4.17-19; 10,1:
Saúl regirá a su pueblo
Salmo: 21:
“Señor, el rey se alegra por tu fuerza”
Evangelio: Mc 2,13-17:
“He venido a llamar a los pecadores”
1a Semana Ordinario San Hilario (307)
14 Al pasar vio a Leví de Alfeo sentado junto al banco de los impuestos, y le dijo: Sígueme. Él se levantó y lo siguió.
15 Mientras estaba comiendo en su casa, muchos recaudadores y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos. Porque muchos eran seguidores suyos.
16 Los letrados del partido fariseo, viéndolo comer con pecadores y recaudadores, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come con recaudadores y pecadores?
17 Lo oyó Jesús y respondió: Del médico no tienen necesidad los sanos, sino los enfermos. No vine a llamar a justos, sino a pecadores.
El evangelio de este día nos presenta a Jesús como quien es capaz de curarnos de las enfermedades espirituales que nos impiden tener salud integral. La novedad radica en que él sale al encuentro y lo acogen los que se saben necesitados. En la llamada de Jesús a Leví, se retoma la pedagogía de la mirada con la que llamó a los discípulos. Jesús ve a Leví acomodado a un sistema que lo hace traicionarse a sí mismo y a sus conciudadanos. Participar como recaudador a favor de la causa del reino romano, que despojaba al pueblo de sus bienes, le había ganado el rechazo de los suyos. Por eso, sin pensarlo, Leví acepta la invitación a pertenecer a la causa de Jesús. La causa de un Reino que no despoja, sino que devuelve vida y dignidad a quien le ha sido arrebatada. Resulta sugerente que Jesús se siente a la mesa con personajes tenidos por pecadores, porque es en las comidas donde él se hace el servidor-perdonador-dignificador. ¿Recuerdas en qué circunstancia fuiste llamado por el Señor?
“Porque el Dios que viene a reinar en la vida del hombre no es un tirano, un dictador, un señor vengativo o caprichoso, que busca su propio interés. Es un Dios liberador, que busca la recuperación de todo hombre perdido” (J. Pagola).