Primera lectura: 1Sm 3,1-10.19-20:
“Habla, Señor, que tu siervo te escucha”
Salmo: 40:
“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”
Evangelio: Mc 1,29-39:
Sanó a enfermos de diversas dolencias
1a Semana Ordinario Santa Ana de los Ángeles Monteagudo (1686)
30 La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo comunicaron inmediatamente.
31 Él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
32 Al atardecer, cuando se puso el sol, le llevaron toda clase de enfermos y endemoniados.
33 Toda la población se agolpaba a la puerta.
34 Él sanó a muchos enfermos de dolencias diversas y expulsó muchos demonios, pero a éstos no les permitía hablar, porque sabían quién era él.
35 Muy de madrugada se levantó, salió y se dirigió a un lugar despoblado, donde estuvo orando.
36 Simón y sus compañeros salieron tras él
37 y, cuando lo alcanzaron, le dijeron: Te están buscando todos.
38 Les respondió: Vámonos de aquí a los pueblos vecinos, para predicar también allí, pues a eso he venido.
39 Y fue predicando en las sinagogas y expulsando demonios por toda la Galilea.
La sinagoga impedía el ingreso de toda persona enferma o poseída por la ley de pureza. Será la casa de Pedro el lugar de la manifestación de la misericordia y cercanía de Dios. La postración o parálisis es signo del mal que aqueja a la comunidad impidiéndole amar y servir. Por el contrario, el signo o efecto de la presencia de Dios es la invitación a la diakonía, al servicio desinteresado y agradecido de quien se siente amado y dignificado. La comunidad discipular ha de ser el espacio para enfrentar y vencer, con la ayuda de Dios, cualquier clase de mal o problema. Finalmente, el relato nos recuerda la disposición orante de quienes seguimos a Jesús, pues un proyecto de comunidad no se sostiene en esfuerzos o voluntades humanas. Sin el diálogo personal y sincero con Dios, no seremos fieles ni perseverantes y llegaremos a sucumbir a la tentación del protagonismo y la rutina. Cabe preguntarnos: Nuestra experiencia de seguimiento ¿se nutre de la oración y nos compromete a servir?
“Jesús no realiza curaciones de forma arbitraria o por afán sensacionalista. Lo que busca es la salud integral de las personas” (J. Pagola).