Primera lectura: 1Cor 15,12-20:
Si Cristo no ha resucitado, su fe no tiene sentido
Salmo: 17:
“Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor”
Evangelio: Lc 8,1-3:
Algunas mujeres acompañaban a Jesús
24ª Semana Ordinario Santos Andrés Kim Taegon, Pablo Chong y comp. (1846) San Gaetano Catanoso (1963)
2 y algunas mujeres que había sanado de espíritus inmundos y de enfermedades: María Magdalena, de la que habían salido siete demonios;
3 Juana, mujer de Cusa, mayordomo de Herodes; Susana y otras muchas, que los atendían con sus bienes
Jesús recorre caminos porque la Buena Noticia del Reino así lo requiere y estar con él supone vivir en una dinámica de salida constante. La comunidad discipular, integrada por los Doce y algunas mujeres, acompaña a Jesús. Ellos y ellas fueron los primeros beneficiados por la fuerza liberadora y transformadora de la fe que los mueve adar testimonio del amor de Dios confiando en que serán muchas más personas las que querrán formar parte de la aventura del Reino. El episodio de hoy enfatiza la referencia a mujeres que, de distintos modos, acompañan la misión de Jesús y asisten su ministerio. Son mujeres que dejaron sus roles para hacerse discípulas en plano de igualdad. Porque la Buena Noticia se proclama y se vive en los vínculos. Esta escena de las primeras comunidades podemos encontrarla hoy, con fuerza, en el testimonio de tantas mujeres que, con sororidad, llevan adelante una diaconía oportuna y eficaz. Pensando que todos y todas fuimos convocados por el mismo Señor, ¿cómo cuidamos que cada uno y cada una ejercitee un ministerio creativo?
“Unificar la vida desde el amor significa, amar a través de toda nuestra personalidad, poniendo en juego nuestra capacidad afectiva, inteligencia, sensibilidad y vitalidad” (J. Pagola).