Primera lectura: Isaías 60,1-6:
La gloria del Señor amanece sobre ti
Salmo: 72:
«Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra»
Segunda lectura: Efesios 3,2–3a.5-6:
Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos
Evangelio: Mateo 2,1-12:
Venimos de Oriente para adorar al Rey
DOMINGO DE EPIFANÍA San Juan Newmann (1860)
2 preguntando: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos aparecer su estrella y venimos a adorarlo.
3 Al oírlo, el rey Herodes comenzó a temblar, y lo mismo que él toda Jerusalén.
4 Entonces, reuniendo a todos los sumos sacerdotes y letrados del pueblo, les preguntó en qué lugar debía nacer el Mesías.
5 Le contestaron: En Belén de Judea, como está escrito por el profeta:
6 Tú, Belén, en territorio de Judá, no eres ni mucho menos la última de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe, el pastor de mi pueblo, Israel.
7 Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, les preguntó el tiempo exacto en que había aparecido la estrella;
8 después los envió a Belén con el encargo: Averigüen con precisión lo referente al niño y cuando lo encuentren avísenme, para que yo también vaya a adorarlo.
9 Y habiendo escuchado el encargo del rey, se fueron. De pronto, la estrella que se les apareció en oriente avanzó delante de ellos hasta detenerse sobre el lugar donde estaba el niño.
10 Al ver la estrella se llenaron de una inmensa alegría.
11 Entraron en la casa, vieron al niño con su madre, María, y postrándose lo adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron como regalos: oro, incienso y mirra.
12 Después, advertidos por un sueño de que no volvieran a casa de Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Continuamos celebrando el misterio del Dios con nosotros. Este tiempo corto de Navidad ya casi llega a su final, queriendo dejarnos ese brío y vitalidad del amor recibido y prodigado. Hoy recordamos que su amor no es exclusivo de un pueblo o una religión. La manifestación de su amor y misericordia es para todas sus creaturas. Creemos en un Dios que engendra y cuida de su obra creadora. El pasaje de Isaías lo presenta como la luz del sol resplandeciente que al despuntar la aurora disipa las tinieblas; es la experiencia a la que necesitamos aferrarnos, más allá de las pruebas o dificultades del presente. Nadie que conoce a Dios de verdad, puede querer de manera egoísta, porque él infunde un amor que se dona gratuitamente y se comparte sin distinción. La imagen de los pueblos y reyes acudiendo a la luz de Dios son expresión del sueño de un mundo nuevo sin fronteras, ni prejuicios. Será siempre la tarea de la Iglesia, convertirse en ese lugar que fomenta la igualdad y vive a partir de la gratuidad del amor.
La carta a los Efesios enfatiza la idea de un Dios que es Buena Noticia para todos. Esto implica que la liberación y la salvación es ofrecida no a un grupo privilegiado, sino accesible a toda persona sin importar el origen, situación o condición. La fe cristiana destaca la importancia de esta inclusión universal como un llamado a la solidaridad y la justicia entre todos los pueblos.
El relato de Mateo narra la visita de los sabios de oriente al niño Jesús. Estos personajes representan a los pueblos gentiles capaces de reconocer y adorar también al Dios con nosotros. Esta escena que manifiesta la universalidad del mensaje de Jesús es siempre un recordatorio a vivir en actitud ecuménica y a no cerrar las puertas al diálogo interreligioso. Además, la decisión de los magos de regresar a su tierra por otro camino, evitando a Herodes, subraya la necesidad de resistir, a no actuar en complicidad con los sistemas generadores de muerte y, a siempre buscar caminos alternativos de vida y comunión.
Hagamos de este día un homenaje a los encuentros que buscan el diálogo, la inclusión, el respeto, el mutuo aprendizaje. Recordemos que es el tiempo de lo inter y de la apertura. Oremos por quienes cierran su corazón a la novedad de Dios presente en todos los pueblos y culturas. Es tiempo de levantarnos y seguir la luz divina que ha dejado para nosotros un mundo maravilloso y lleno de oportunidades.
“Sólo caminando juntos podremos ir lejos y alcanzar la meta común de nuestro viaje” (Papa Francisco).