Primera lectura: Hch 20,28-38:
«Cuiden del rebaño»
Salmo: 68:
«Reyes de la tierra, canten a Dios»
Evangelio: Jn 17,11b-19:
«Que sean uno, como nosotros»
7a Semana de Pascua San Felipe Smaldone (1923)
12 Mientras estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste; los custodié, y no se perdió ninguno de ellos; excepto el destinado a la perdición, para cumplimiento de la Escritura.
13 Ahora voy hacia ti; y les digo esto mientras estoy en el mundo para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto.
14 Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió, porque no son del mundo, igual que yo no soy del mundo.
15 No pido que los saques del mundo, sino que los libres del Maligno.
16 No son del mundo, igual que yo no soy del mundo.
17 Conságralos con la verdad: tu palabra es verdad.
18 Como tú me enviaste al mundo, yo los envié al mundo.
19 Por ellos me consagro, para que queden consagrados con la verdad.
Jesús oró siempre. Pasaba noches en oración. En esta su “Hora” podemos identificar la mediación o intercesión que realiza a favor del rebaño que le ha sido confiado. Nos hace experimentar de manera única el amor entrañable que anida en su corazón. Cuando repite la palabra “Padre” sentimos que este nombre brota de un corazón agradecido y emocionado. Le llama “Padre santo” al Dios que ha experimentado próximo y entrañable. Siente con Él una identificación plena y se alegra de volver a Él. Sabe que la causa del Padre es también la suya y por ella está dispuesto a donar su vida. Lo expresa alzando sus ojos al cielo” y se ofrece plenamente, sin reservarse nada para sí. Son los últimos minutos de la “Hora” de Jesús. Quiere dejarnos un método de vida y un método de oración. A partir de nuestras débiles oraciones le preguntamos qué espera de cada uno de nosotros. ¿Rezas, así como Jesús, con confianza y cariño? Pidamos para nosotros y nuestro mundo la capacidad para llevar adelante su plan de salvación.
“Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres” (EG 187).