Primera lectura: Heb 9,15.24-28:
Se ha ofrecido una sola vez
Salmo: 98:
«Canten al Señor un canto nuevo, porque ha hecho maravillas»
Evangelio: Mc 3,22-30:
Satanás está perdido
3ª Semana Ordinario Santa Ángela Mérici (1540)
23 Él los llamó y por medio de comparaciones les explicó: ¿Cómo puede Satanás expulsarse a sí mismo?
24 Un reino dividido internamente no puede sostenerse.
25 Una casa dividida internamente tampoco.
26 Si Satanás se levanta contra sí mismo y se divide, no puede mantenerse en pie, antes perece.
27 Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas si primero no lo ata. Sólo así, podrá saquear, luego, la casa.
28 Les aseguro que a los hombres se les pueden perdonar todos los pecados y las blasfemias que pronuncien.
29 Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo jamás tendrá perdón; será culpable para siempre.
30 Jesús dijo esto porque ellos decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
El Espíritu de Dios aletea desde los orígenes del universo creando vida y armonía. Ese Espíritu anida en cada ser vivo, en la historia humana y gime esperando su manifestación plena en los hijos e hijas de Dios, como nos recuerda la carta a los romanos (8,26). El Espíritu concentró su dinamismo en el seno virginal de María de Nazaret y desplegó su fuerza en la humanidad de Jesús. Jesús todo el tiempo actuó movido por ese Espíritu. Sufrió durante toda su vida calumnias de todo tipo, pero la más grande es esta: acusarle de que actúa en alianza con Satanás. Ese actuar de sus enemigos es contrario a lo que opina la gente que afirma: «hasta a los espíritus inmundos les da órdenes y le obedecen» (Mc 1,27). Muchas fueron las calumnias que recibió Jesús, todas nacidas de una religión sin espíritu. Acompañemos a todos los calumniados por defender la justicia y la integridad de la creación. Dejemos que el Espíritu de Dios también actúe en y a través nuestro
“El problema no es el hecho de tener dudas y sentir miedo. El problema es cuando esas dudas y esos miedos condicionan nuestra forma de pensar y de actuar” (Papa Francisco).