Primera lectura: Hch 22,3-16:
«Levántate y recibe el bautismo»
Salmo: 117:
«Vayan por el mundo entero y proclamen el Evangelio»
Evangelio: Mc 16,15-18:
A los que crean los acompañarán signos
2ª Semana Ordinario Conversión de San Pablo
16 Quien crea y se bautice se salvará; quien no crea se condenará.
17 A los creyentes acompañarán estas señales: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas,
18 agarrarán serpientes; si beben algún veneno, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos y se sanarán.
Jesús resucitado envía a la comunidad discipular. Es el tiempo de la reivindicación. El sueño de Dios no muere, a pesar de tanto egoísmo. Siempre y con la ayuda de Dios, es posible pasar de relaciones desiguales e instrumentales a encuentros basados en el amor gratuito y dignificador. La misión de la comunidad es la de testimoniar lo que Dios ha hecho, resignificando y fortaleciendo sus propias vidas. Continuamos siendo enviados a comunicar que es posible cambiar el mundo y nuestras relaciones con todo lo creado. Pero para poder lograrlo hace falta mantener viva nuestra comunión con Jesús, percibiendo como Saulo, camino de Damasco, que su gracia nos habita y transforma. Si no hay una experiencia profunda de Jesús, no habrá convicción y perseverancia. No confundamos nuestro encuentro personal con Jesús con mera emoción intimista y midamos más bien cómo está nuestra capacidad de amar. No podemos renunciar a nuestra propia cruz, porque es allí donde Dios nos redime y salva.
“Es con ellos que Dios quiere edificar su Reino, porque sin ellos no sería el Reino que Dios quiere” (Papa Francisco).