Primera lectura: Hch 16,1-10:
«Ven a Macedonia y ayúdanos»
Salmo: 100:
«Aclama al Señor, tierra entera»
Evangelio: Jn 15,18-21:
«Yo los he escogido»
5ª Semana de Pascua María Auxilio de los cristianos San Vicente de Lerins (450)
19 Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero, como no son del mundo, sino que yo los elegí sacándolos del mundo, por eso el mundo los odia.
20 Recuerden lo que les dije: Un sirviente no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán; si cumplieron mi palabra, también cumplirán la de ustedes.
21 Los tratarán así a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.
Todo el tiempo Jesús en su despedida ha repetido la palabra “amor”, un amor que Él, como Hijo, ha recibido del Padre y lo comunica hasta dar la vida. Ahora, sin embargo, introduce lo contrario: la palabra “odio”. Nos está preparando para el combate cristiano. Nos advierte que ya no somos del mundo, de este orden o mejor de este desorden mundial donde campean los ídolos de la muerte. Jesús experimentó en su vida el rechazo, la calumnia y el desprecio hasta la muerte en cruz. Como discípulos y discípulas de este profeta defensor de la vida, tenemos que alegrarnos cuando nos toque experimentar algún sufrimiento por su causa. El código de felicidad de este modelo de mundo contrasta radicalmente con el código de las Bienaventuranzas. Felices, dichosos si nos toca sufrir por ser fieles al evangelio. ¿Has sufrido en tu vida alguna persecución o desprecio por vivir tu fe cristiana? ¿Te has sentido un seguidor de Jesús cuando has sufrido por su causa?
“Si no queremos sumergirnos en una oscura mediocridad no pretendamos una vida cómoda, porque quien quiera salvar su vida la perderá (Mt 16,25)” (GE 90).