Primera lectura: Eclo 1,1-10:
Antes que todo fue creada la sabiduría
Salmo: 93:
«El Señor reina vestido de majestad»
Evangelio: Mc 9,14-29:
«Tengo fe, pero dudo; ayúdame»
7a Semana Ordinario San Modesto de Tréveris (486)
15 En cuanto la gente lo vio, quedaron sorprendidos y corrieron a saludarlo.
16 Él les preguntó: ¿De qué están discutiendo?
17 Uno de la gente le contestó: Maestro, te he traído a mi hijo, poseído por un espíritu que lo deja mudo.
18 Cada vez que lo ataca, lo tira al suelo; él echa espuma por la boca, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo expulsaran y no han podido.
19 Él les contestó: ¡Qué generación incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo.
20 Se lo llevaron; y, en cuanto el espíritu lo vio, sacudió con violencia al muchacho, que cayó a tierra y se revolcaba echando espuma por la boca.
21 Jesús preguntó al padre: ¿Desde cuándo le sucede esto? Contestó: Desde niño.
22 Y muchas veces incluso lo tira al agua o al fuego para acabar con él. Por eso, si puedes hacer algo, compadécete de nosotros y ayúdanos.
23 Jesús le respondió: ¿Qué si puedo? Todo es posible para quien cree.
24 Inmediatamente el padre del muchacho exclamó: Creo; pero socorre mi falta de fe.
25 Viendo Jesús que la gente se agolpaba sobre ellos, reprendió al espíritu inmundo: Espíritu sordo y mudo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas a entrar en él...
Al igual que el joven poseído, muchos jóvenes enfrentan situaciones adversas que ponen en peligro sus vidas. Muchos padres también claman por ayuda y buscan esperanza en medio de la oscuridad. Pero los clamores vienen de muchas partes y nos interpelan. Al igual que Jesús mostró compasión y poder liberador, existen organizaciones e instituciones que trabajan en favor de los jóvenes en situaciones de vulnerabilidad y desempeñan un papel crucial en la lucha contra la violencia y la explotación. A través de sus esfuerzos, ofrecen refugios seguros y una voz para aquellos que han sido silenciados. Al unirse en solidaridad, estas entidades enfrentan el espíritu de la violencia, buscando restaurar la dignidad y la esperanza de juventudes vulnerables. ¿Cómo contribuir a crear espacios donde se trate a los jóvenes con respeto y se les ofrezcan oportunidades?
“Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo” (Papa Francisco).