Primera lectura: Heb 6,10-20:
La esperanza es como ancla segura
Salmo: 111:
«El Señor recuerda siempre su alianza»
Evangelio: Mc 2,23-28:
La persona está por encima del sábado
2ª Semana Ordinario Santa Inés (304)
24 Los fariseos le dijeron: Mira lo que hacen en sábado: algo prohibido. Jesús les respondió:
25 ¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros pasaban necesidad y estaban hambrientos?
26 Entró en la casa de Dios, siendo sumo sacerdote Abiatar, y comió los panes presentados y los compartió con sus compañeros.
27 Y añadió: El sábado se hizo para el hombre, no el hombre para el sábado.
28 De manera que el Hijo del Hombre es señor también del sábado.
Jesús en este evangelio presenta el sentido profundo de cualquier normativa o ley, que ha de estar orientada al cuidado de la vida y nuestra comunión con todo lo creado. Los religiosos del tiempo de Jesús se preocupaban por el cumplimiento ciego de la ley, olvidando el por qué y el para qué obedecerla. Esto sucede a muchas comunidades cristianas y a nosotros mismos, cuando por tradición cumplimos para salvarnos y no condenarnos. Olvidamos ser agradecidos, hacer las cosas por convicción y por amor, perdemos la libertad y llegamos a convertirnos en jueces de los demás. Sólo comprendiendo el proyecto de Dios de un mundo más humano y más justo, seremos capaces de celebrar cada Eucaristía, encuentro familiar y de comunidad, no para cumplir y ser reconocidos, sino como nuevas oportunidades de sabernos amados y amar a Dios en las personas que Dios pone a nuestro lado. Pidamos al Espíritu Santo la libertad y el amor en nuestro actuar y en la práctica sincera de la fe.
“Las personas migrantes, […] con frecuencia son objeto de juicios negativos, puesto que se las considera responsables de los males sociales” (Papa Francisco).
