Primera lectura: Gén 9,1-13:
«Pondré mi arco en el cielo como señal de mi alianza»
Salmo: 102:
El Señor, desde el cielo, se ha fijado en la tierra
Evangelio: Mc 8,27-33:
«Tú eres el Mesías; el que va a padecer mucho»
6a Semana Ordinario Santos Jacinta y Francisco (1919/1920)
28 Le respondieron: Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que uno de los profetas.
29 Él les preguntó a ellos: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Respondió Pedro: Tú eres el Mesías.
30 Entonces les ordenó que a nadie hablaran de esto.
31 Y empezó a explicarles que el Hijo del Hombre tenía que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los letrados, sufrir la muerte y después de tres días resucitar.
32 Les hablaba con franqueza. Pero Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderlo.
33 Mas él se volvió y, viendo a los discípulos, reprendió a Pedro: ¡Aléjate de mi vista, Satanás! Tus pensamientos son los de los hombres, no los de Dios.
Jesús espera ser nuestro amigo y confidente en el camino de la fe. Quiere que maduremos en nuestra relación con Dios, dejando atrás las imágenes infantiles y supersticiosas, a cambio de unas que lo descubran cercano y presente. ¿Qué significa tener fe en Dios y en Jesús? Nuestra respuesta puede ser una radiografía del momento actual de nuestra entrega, de la profundidad de nuestra relación con él y de la conciencia de nuestro compromiso. Jesús siempre reaccionará con palabras francas que tendrán como objetivo ayudarnos a superar la falsa religión o espiritualismos que nos alejan de la realidad. No se puede profesar la fe en el Dios de Jesús si volteamos la mirada al dolor y al sufrimiento de nuestro pueblo. Jesús nos invita como a Pedro a no rehuir de la entrega de la vida. Si realmente creemos en Dios y en su presencia transformadora, no podemos ser sólo espectadores de lo que acontece en el mundo. Pidamos andar por los caminos que conducen a la entrega de la vida.
“Como Jesús mismo nos enseña sentir compasión significa reconocer el sufrimiento del otro y pasar inmediatamente a la acción” (Papa Francisco).