Primera lectura: Is 49,8-15:
Te he constituido alianza del pueblo, para restaurar el país
Salmo: 145:
«El Señor es clemente y misericordioso»
Evangelio: Jn 5,17-30:
También el Hijo da vida
4ª Semana de Cuaresma San Francisco de Paula (1507) San Pedro Calungsod (1672)
18 Por eso los judíos tenían aún más deseos de matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que además llamaba Padre a Dios, igualándose a Él.
19 Jesús tomó la palabra y les dijo: Les aseguro: El Hijo no hace nada por su cuenta si no se lo ve hacer al Padre. Lo que aquél hace lo hace igualmente el Hijo.
20 Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; y le mostrará obras más grandes aún para que ustedes queden maravillados.
21 Como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, del mismo modo el Hijo da vida a los que él quiere.
22 El Padre no juzga a nadie sino que encomienda al Hijo la tarea de juzgar,
23 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. Quien no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió.
24 Les aseguro que quien oye mi palabra y cree en aquel que me ha enviado tiene vida eterna y no es sometido a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
25 Les aseguro que se acerca la hora, ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán.
26 Así como el Padre posee vida en sí, del mismo modo hace que el Hijo posea vida en sí;
27 y, puesto que es el Hijo del Hombre, le ha confiado el poder de juzgar.
28 No se extrañen de esto: llega la hora en que todos los que están en el sepulcro oirán su voz:
29 los que hicieron el bien resucitarán para vivir, los que hicieron el mal resucitarán para ser juzgados.
30 Yo no puedo hacer nada por mi cuenta; juzgo por lo que oigo, y mi sentencia es justa, porque no pretendo hacer mi voluntad sino la voluntad del que me envió.
¡La gran osadía de Jesús es llamar a Dios Padre! Para la mentalidad religiosa judía es un insulto referirse a Dios con tanta confianza. La propuesta de Jesús es una afrenta contra esa concepción de un Dios, misterio inalcanzable. Dios se hace pobre, próximo y un padre con entrañas maternas. Seguramente nuestra reacción sería de sorpresa o escándalo si a Dios le nombramos “Madre”. Nos sigue costando reconocer la presencia amorosa de Dios más allá de ideas preconcebidas. Hemos sido formados para contemplar a Dios y acatar sus mandamientos; quizá nos esté faltando una comunión madura y sincera con Él.
“Cuando Jesús recorría cada rincón de su tierra se detenía a contemplar la hermosura sembrada por su Padre, e invitaba a sus discípulos a reconocer en las cosas un mensaje divino” (LD 64).