Primera lectura: Gén 6,5-8; 7,1-5.10:
«Borraré de la Tierra al hombre que he creado»
Salmo: 29:
El Señor bendice a su pueblo con la paz
Evangelio: Mc 8,14-21:
«Tengan cuidado con la levadura de los fariseos»
6a Semana Ordinario Santa Bernardita Soubirous (1879)
15 Él les daba esta recomendación: ¡Estén atentos! Cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes.
16 Ellos discutían porque no tenían pan.
17 Dándose cuenta, Jesús les dijo: ¿Por qué discuten que no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni comprenden? ¿Tienen acaso la mente cerrada?
18 Tienen ojos, ¿y no ven?; tienen oídos, ¿y no oyen? ¿No se acuerdan?
19 Cuando repartí los cinco panes entre los cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de sobras recogieron? Le contestaron: Doce.
20 Y cuando repartí los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántos canastos de sobras recogieron? Le respondieron: Siete.
21 Entonces les dijo: ¿Todavía no comprenden?
A veces olvidamos nuestro origen “bueno” y actuamos en dirección contraria. Necesitamos recordar que hemos sido creados para el bien, el amor y la solidaridad. Esta es la levadura que los seguidores de Jesús ofrecemos al mundo. Ser discípulo o discípula de Jesús se convierte así en una propuesta atractiva frente a otros estilos que promueven el cultivo del ego. La levadura farisea es un peligro para nuestra vida de comunidad. Estamos invitados a “borrar” aquello que opaca la imagen de Dios, reiniciando nuestros corazones a partir de iniciativas solidarias. Multipliquemos la bondad en un mundo saturado de propuestas interesadas. Esta lógica evangélica solo es comprensible en y desde de Jesús. ¡Anímate, a suscitar encuentros generadores de vida! Comparte tus panes y la alegría de tu corazón.
“Jesucristo nos pide que no cedamos a la lógica del mundo, que justifica el abusar de los demás para lograr nuestro beneficio personal o el de nuestro grupo” (Papa Francisco).