18 de Abril del 2025

Primera lectura: Is 52,13–53,12: 
Fue traspasado por nuestras rebeldías
Salmo: 31: 
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»
Segunda lectura: Heb 4,14-16; 5,7-9: 
Se ha convertido en autor de salvación
Evangelio: Jn 18,1–19,42: 
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo 

Viernes Santo

 

25Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María de Cleofás y María la Magdalena. 26Jesús, viendo a su madre y al lado al discípulo predilecto, dice a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. 27Después dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa. 28Después, sabiendo que todo había terminado, para que se cumpliese la Escritura, Jesús dijo: Tengo sed. 29Había allí un jarro lleno de vinagre. Empaparon una esponja en vinagre, la sujetaron a una caña y se la acercaron a la boca. 30Jesús tomó el vinagre y dijo: Todo se ha cumplido. Dobló la cabeza y entregó el espíritu. 31Era la víspera del sábado, el más solemne de todos; los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos para que no quedaran en la cruz durante el sábado. 32Fueron los soldados y quebraron las piernas a los dos crucificados con él. 33Al llegar a Jesús, viendo que estaba muerto, no le quebraron las piernas; 34sino que un soldado le abrió el costado con una lanza. En seguida brotó sangre y agua. 35El que lo vio lo atestigua y su testimonio es verdadero; él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. 36Esto sucedió de modo que se cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ni un hueso; y otro pasaje de la Escritura dice: Mirarán al que ellos mismos atravesaron.
 
 
 
Comentario 

 

La vida no sólo se construye de momentos buenos, porque también contiene los de dolor, tristeza y abatimiento. Acompañamos a Jesús, el hombre bueno, al juicio, condena y ejecución. No podemos subestimar la barbarie humana de la historia. Es la oportunidad para pedir perdón por juzgar injustamente o por ser cómplices de condenas; arrepentirnos de la indiferencia frente al dolor ajeno. Junto a Jesús contemplamos a los crucificados por la desigualdad, el desempleo, la violencia, la enfermedad y tantas injusticias. Dejemos que estos rostros sufrientes nos interpelen. Recordemos que la sangre de Jesús, no es sangre vengativa, sino principio de liberación, justicia y paz. Al escuchar la pasión, orar por toda la humanidad herida y venerar la cruz, hagamos un silencio fecundo que nos ayude a suscitar más amor y pasión por la vida. 

“El triunfo cristiano es siempre una cruz, pero una cruz que al mismo tiempo es bandera de victoria, que se lleva con una ternura combativa ante los embates del mal” (GE 163).

El DIARIO BÍBLICO es un servicio desinteresado y no lucrativo que los Misioneros Claretianos de América hacen a la Nueva Evangelización, para las iglesias locales del Continente y de otras iglesias hispanoparlantes de más allá.

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