Primera lectura: Is 50,4-9:
«Ofrecí la espalda»
Salmo: 69:
«Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor»
Evangelio: Mt 26,14-25:
«¿Dónde quieres que te preparemos la Pascua?»
Miércoles Santo
15 y les propuso: ¿Qué me dan si lo entrego a ustedes? Ellos se pusieron de acuerdo en treinta monedas de plata.
16 Desde aquel momento buscaba una ocasión para entregarlo.
17 El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
18 Él les contestó: Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: El maestro dice: mi hora está próxima; en tu casa celebraré la Pascua con mis discípulos.
19 Los discípulos prepararon la cena de Pascua siguiendo las instrucciones de Jesús.
20 Al atardecer se puso a la mesa con los Doce.
21 Mientras comían, les dijo: Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar.
22 Muy tristes, empezaron a preguntarle uno por uno: ¿Soy yo, Señor?
23 Él contestó: El que se ha servido de la misma fuente que yo, ése me entregará.
24 El Hijo del Hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay de aquel por quien el Hijo del Hombre será entregado! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.
25 Le dijo Judas, el traidor: ¿Soy yo, maestro? Le respondió Jesús: Tú lo has dicho.
Notemos como el mal busca confabular personas, en este caso a Judas con los sumos sacerdotes y autoridades del pueblo. Ahí está la clave del acontecimiento. La traición no es solo la entrega o venta (por el valor de un esclavo) sino el proceder injusto de grupos humanos enceguecidos. Puede ser fruto de la ambición, la envidia o la venganza. En todo caso, pesa mucho la debilidad de Judas, pues siendo oyente y servidor de Jesús, no fue capaz de vencer la tentación. Fue más grande la codicia que el amor por el maestro que lo llamó a su seguimiento. ¿Pero, acaso no tenemos rasgos de Judas en nuestra vida cotidiana? ¿Cuántas veces hemos traicionado causas, personas, proyectos, familia por una ganancia efímera o por darle gusto a nuestras apetencias egoístas? En este día pidamos que sean más las personas que se unen para hacer el bien o reclamar justicia y no para hacer daño a inocentes.
“Jesucristo nos pide que no cedamos a la lógica del mundo, que justifica el abusar de los demás para lograr nuestro beneficio personal o el de nuestro grupo” (Papa Francisco).