Primera lectura: Gén 2,18-25:
Dios presentó la mujer al hombre
Salmo: 128:
«Dichosos los que temen al Señor»
Evangelio: Mc 7,24-30:
Los perros, debajo de la mesa, comen las migajas
5a Semana Ordinario San Jordán de Sajonia (1237)
25 Una mujer que tenía a su hija poseída por un espíritu inmundo se enteró de su llegada, acudió y se postró a sus pies.
26 La mujer era pagana, natural de la Fenicia siria. Le pedía que expulsase de su hija al demonio. 27Jesús le respondió: Deja que primero se sacien los hijos. No está bien quitar el pan a los hijos para echárselo a los perritos.
28 Ella replicó: Señor, también los perritos, debajo de la mesa, comen de las migas que dejan caer los niños.
29 Le dijo él: Por eso que has dicho, puedes irte, que el demonio ha salido de tu hija.
30 Se volvió a casa y encontró a su hija acostada en la cama; el demonio había salido.
Las personas cananeas no tenían buena propaganda entre los judíos (Dt 20,16). Seguramente alguien habló de Jesús a esta mujer cananea en necesidad. Y ahora sabe que se encuentra en el territorio. Es el momento preciso para pedir por la curación de su hija. Jesús le responde con una expresión propia del choque cultural entre judíos y paganos. ¿Lo hace Jesús para probar su fe? La mujer reconoce que lo más importante es la vida y que los conflictos culturales han de resolverse, uniéndose en favor y cuidado de la vida. Necesitamos tener una fe madura, capaz de insistir, de no conflictuar y que nos impulse a buscar soluciones humanizadoras. ¿Cómo vives la relación con otras culturas y religiones?
“Necesitamos reconocer en el migrante no sólo un hermano o una hermana en dificultad, sino a Cristo mismo que llama a nuestra puerta” (Papa Francisco).
