Primera lectura: Hch 11,1-18:
Dios les ha concedido la conversión
Salmo: 42:
«Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo»
Evangelio: Jn 10,1-10:
«Yo soy la puerta de las ovejas»
4ª Semana de Pascua Santos Nereo y Aquileo, mártires (s. I) Santo Domingo de la Calzada (1109)
2 El que entra por la puerta es el pastor del rebaño.
3 El cuidador le abre, las ovejas oyen su voz, él llama a las suyas por su nombre y las saca.
4 Cuando ha sacado a todas las suyas, camina delante de ellas y ellas le siguen; porque reconocen su voz.
5 A un extraño no lo siguen, sino que escapan de él, porque no reconocen la voz de los extraños.
6 Ésta es la parábola que Jesús les propuso, pero ellos no entendieron a qué se refería.
7 Entonces, les habló otra vez: Les aseguro que yo soy la puerta del rebaño.
8 Todos los que vinieron antes de mí eran ladrones y asaltantes; pero las ovejas no los escucharon.
9 Yo soy la puerta: quien entra por mí se salvará; podrá entrar y salir y encontrar pastos.
10 El ladrón no viene más que a robar, matar y destrozar. Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
Preciosa parábola contemplar al Resucitado como cuidador de las ovejas. Un cuidador que abre la puerta de los corazones y de los sistemas políticos y culturales a la Buena Noticia de su evangelio. El que nos protege de los salteadores que roban y matan a los pobres y a los indefensos. Nos libera de los ladrones que arrebatan la dignidad y la sed de ser felices. El que nos llama por nuestros nombres. Nos llama desde nuestras historias vividas, según nuestras identidades culturales y sociales. Un Jesús “puerta” que invita a entrar en su corazón para vivir desde la ternura y la compasión de Dios. Una puerta que nos introduce a los pastos del proyecto del reinado de Dios. Convertidos en ovejas de ese rebaño único, liderado por el Resucitado, nosotros mismos podemos ser cuidadores y también puertas abiertas para dar acogida a los desechables del mundo. Hagamos todo lo posible porque florezca la vida digna sobre esta angustiada tierra.
“Necesitamos crear una cultura diferente que nos oriente a superar las enemistades y a cuidarnos unos a otros” (FT 57).