11 de Mayo del 2025

Primera lectura: Hechos 13,14.43-52: 
Nos dedicaremos a los gentiles
Salmo: 100: 
«Somos su pueblo, la gente de su rebaño»
Segunda lectura: Apocalipsis 7,9.14b-17: 
El Cordero será su pastor
Evangelio: Juan 10,27-30: 
«Doy la vida a mis ovejas»

4º DOMINGO DE PASCUA San Frei Galvão (1822)

 

27 En aquel tiempo dijo Jesús: Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen;
28 yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrancará de mi mano.
29 Mi Padre que me las ha dado es más que todos y nadie puede arrancar nada de las manos de mi Padre.
30 El Padre y yo somos uno.
 
 
Comentario 

 

Celebramos el domingo del Buen Pastor. Oremos por los líderes a todos los niveles, particularmente por aquellos que no saben de cuidar y servir. Todos los textos de las Escrituras estamos invitados a leerlos, estudiarlos, rezarlos y encarnarlos a la luz de la Pascua. Es decir, a partir de la derrota del mal y del triunfo de acciones a favor del cuidado de la vida. En este domingo las Escrituras nos ayudan a ver a Jesús como un Cordero y un Pastor a la vez. Cordero porque entregó su vida sin pestañear, sin quejas, para que todos tengamos vida en plenitud. Como Pastor porque reunió con su muerte a los hijos de Dios dispersos.

Los Hechos de los Apóstoles nos aproximan a la región de Antioquía de Pisidia donde los seguidores de Jesús empezaron a llamarse cristianos. Pablo y Bernabé anunciaron al Resucitado y mucha gente empezó a ser “gente del rebaño de Dios” (Sal 100). El Apocalipsis nos regala en lenguaje litúrgico la invitación que nos hace Dios a formar parte de un rebaño universal, “una multitud enorme …de toda nación, raza y lengua” (Ap 9,14). Los invitados tenemos que lavarnos las vestiduras de nuestra vida con la sangre del cordero. La única manera de conseguirlo es transformando actitudes, madurando en el amor, siguiendo las huellas del Cordero que con su entrega venció el poder del mal. Llamados a ser corderos mansos, un pueblo no violento, revestidos de los mismos sentimientos que tuvo Jesús (Flp 2,5).

Por otra parte, con ternura y misericordia, también aprender a ser pastores en toda situación que nos toque vivir, resguardando la vida de quienes están a nuestro lado y también la de los extraños. Contribuyendo a que desaparezca el hambre y la sed (Ap 14,16). Procurando que las guerras sean lección aprendida y un mal recuerdo.

El evangelio nos traza el camino: hay que escuchar la voz del Pastor Jesús y seguir sus huellas. Siendo conscientes que nos encomenda un sector del pueblo que nos toca pastorear. La vida entera está llena de realidades necesitadas de cuidado. Es una invitación a ser cristianos con capacidad de pastorear-cuidar en nuestro propio hogar, en cualquier cargo público, en la iglesia o en la sociedad. Necesitamos crecer en la cultura del pastoreo, no sólo con la raza humana sino con todo ser viviente, con todas las criaturas que habitan la tierra. Sintiéndonos acariciados por las manos del Buen Pastor (Jn 10,29), evitamos alejarnos de todo aquello que nos aparte de sus cuidados.

“En este camino, el desarrollo de lo bueno, la maduración espiritual y el crecimiento del amor son el mejor contrapeso ante el mal” (GE 163).

El DIARIO BÍBLICO es un servicio desinteresado y no lucrativo que los Misioneros Claretianos de América hacen a la Nueva Evangelización, para las iglesias locales del Continente y de otras iglesias hispanoparlantes de más allá.

Esta es una publicación de © MICLA, que forma parte del grupo de Editores Claretianos Claret Publishing Group.
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