10 de Mayo del 2025

Primera lectura: Hch 9,31-42: 
La Iglesia se iba multiplicando
Salmo: 116: 
«¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?»
Evangelio: Jn 6,60-69: 
«Tienes palabras de vida eterna»

3ª Semana de Pascua San Damián (1889) San Juan de Ávila (1569)

 

60 En aquel tiempo, muchos de los discípulos que lo oyeron comentaban: Este discurso es bien duro: ¿quién podrá escucharlo?
61 Jesús, conociendo por dentro que los discípulos murmuraban, les dijo: ¿Esto los escandaliza?
62 ¿Qué será cuando vean al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes?
63 El Espíritu es el que da vida, la carne no vale nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida.
64 Pero hay algunos de ustedes que no creen». Desde el comienzo sabía Jesús quiénes no creían y quién lo iba a traicionar.
65 Y añadió: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede.
66 Desde entonces muchos de sus discípulos lo abandonaron y ya no andaban con él.
67 Así que Jesús dijo a los Doce: ¿También ustedes quieren abandonarme?
68 Simón Pedro le contestó: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
69 Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el Consagrado de Dios.
 
 
Comentario 

 

Hay dos aspectos de la catequesis intensiva de Jesús sobre su identidad de consagrado de Dios que resultan escandalosos y difíciles de creer: primero, que bajó del cielo y segundo, que hay que comer su carne. Cómo un hijo del pueblo, a quien conocen como hijo del carpintero ¿cómo dice que bajó del cielo? Es un atrevimiento exagerado. En el fondo está diciendo que ese Dios trascendente e infinitamente poderoso baja para hacerse un conocido del pueblo. Lo que quiere enseñar es que el infinitamente lejano se hace entrañablemente cercano en su vida. Sólo la fe y la gracia son ese auxilio saludable para entrar en este misterio adorable. Primero creer y luego guiados por esa fe comprender el alcance del proceder de Dios. Una invitación a apuntarnos en el movimiento de Jesús y formar parte de su proyecto humanizador. Porque sólo Él tiene palabras de vida eterna. Jesús, “signo de contradicción”, nos pregunta a cada uno de nosotros ¿también quieren abandonarme? Celebremos cada Eucaristía como un encuentro de amor esponsal.

“Nos hace falta clamar cada día, pedir su gracia para que nos abra el corazón frío y sacuda nuestra vida tibia y superficial” (EG 264).

El DIARIO BÍBLICO es un servicio desinteresado y no lucrativo que los Misioneros Claretianos de América hacen a la Nueva Evangelización, para las iglesias locales del Continente y de otras iglesias hispanoparlantes de más allá.

Esta es una publicación de © MICLA, que forma parte del grupo de Editores Claretianos Claret Publishing Group.
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