Primera lectura: Núm 6,22-27:
Invocarán mi nombre sobre los israelitas, y los bendeciré
Salmo: 67:
«El Señor tenga piedad y nos bendiga»
Segunda lectura: Gál 4,4-7:
Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer
Evangelio: Lucas 2,16-21:
Le pusieron por nombre Jesús
Santa María, Madre de Dios Jornada Mundial por la Paz
17 Al verlo, les contaron lo que les habían dicho del niño.
18 Y todos los que lo oyeron se asombraban de lo que contaban los pastores.
19 Pero María conservaba y meditaba todo en su corazón.
20 Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto; tal como se lo habían anunciado.
21 Al octavo día, al tiempo de circuncidarlo, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido.
En este primer día del año comenzamos con una lección de humildad. El pasaje nos recuerda que los de corazón humilde son los que más se alegran de la visita de Dios en la historia. Aquí vemos cómo Dios se manifiesta a unos pastores y cómo ellos se disponen presurosos para ir a su encuentro. Este encuentro en total disponibilidad es el que hace posible la llegada del Reino de Dios, porque sobran los protagonismos y la vida se comparte con sencillez. María atesorando en su corazón todas estas vivencias nos enseña a valorar las pequeñas cosas, los gestos solidarios y los dolores compartidos. Los pastores al regresar glorificando a Dios, nos inspiran a reconocer y celebrar la presencia divina en la comunión sincera. La circuncisión y el nombre elegido para el niño recuerdan la esperanza que anida en el corazón de toda familia frente al porvenir de sus hijos. Elevemos una plegaria por la paz en el mundo, especialmente por aquellos lugares donde se irrespeta la vida y la dignidad de las personas.
“Lo importante es que haya siempre allí una comunidad dispuesta a acoger, proteger, promover e integrar a todos” (Papa Francisco).