25a Semana Ordinario
San Cleofás (s. I)
Ag 1,1-8: «Construyan el Templo»
Sal 149: El Señor ama a su pueblo
Lc 9,7-9: Herodes deseaba ver a Jesús
7 En aquel tiempo Herodes se enteró de todo lo sucedido y estaba desconcertado; porque unos decían que era Juan resucitado de entre los muertos, 8 otros que era Elías aparecido, otros que había surgido un profeta de los antiguos.
9 Herodes comentaba: A Juan yo lo hice decapitar. ¿Quién será éste de quien oigo tales cosas? Y deseaba verlo.
Comentario
La curiosidad es un poderoso motor para encontrar lo nuevo, y a Herodes Antipas lo inquieta eso que dicen de Jesús. Esa forma de hablar y proceder representa una novedad en su territorio y como rey quiere pulsar sus alcances. Jesús tiene aire de profeta y, por tradición, esas figuras inquietan a todos; es promotor de cambios. No cabe hacer distingos entre lo religioso y lo civil, porque los poderes fácticos coinciden en una sola realidad: es peligroso. Por eso, más importante que encuadrar a Jesús con carácter mesiánico es necesario conocerlo en directo. El mundo digital nos inunda de respuestas respecto de Jesús, unas sensatas y otras, no tanto. Allí encontramos imágenes de Jesús, ¡en exceso! Bien sabemos que Jesús no es un dato, ni lo que otros opinen de Él. Si queremos conocer a Jesús, salgamos a su encuentro. A los que creemos en Él, su figura profética en lugar de inquietarnos, nos ha de apasionar. Hagamos nuestras sus palabras y seamos testigos de su presencia transformadora.
“Hace falta lucidez y honestidad para reconocer a tiempo que el poder y el progreso que generamos se vuelven contra nosotros mismos” (LD 28).