19a Semana Ordinario
San Esteban de Hungría (1038)
Jos 24:14-29:
«Elijan hoy a quién quieren servir»
Sal 16:
«Tú eres, Señor, mi heredad»
Mt 19,13-15:
De los que son como niños es el Reino
13 Le llevaron a Jesús unos niños para que pusiera las manos sobre ellos y pronunciara una oración. Los discípulos los reprendían.
14 Pero Jesús dijo: Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque el reino de los cielos pertenece a los que son como ellos.
15 Entonces impuso las manos sobre ellos y se fue.
Josué exhorta a la fidelidad, negándose a servir, él y su familia, a otros dioses; el pueblo confirma su fe y Josué sella la alianza israelita antes de morir. El pueblo nace, está niño y empezará a construir su historia de la mano de Dios, quien los acompañará y protegerá, como un pequeño en brazos de su madre. En la misma línea, como antes no habría ocurrido con un maestro espiritual, Jesús incluye a los niños en la comunidad, persuadiendo a los discípulos a tener corazón de niño. El evangelio nos recuerda la niñez como etapa de construcción del ser humano. Presentarlos, imponerles las manos y orar por ellos revela contexto litúrgico de inclusión. Los niños y las niñas, en clave de Reino, son “personitas” valiosas en la historia cristiana primitiva. Esa alianza de amor nos regala la oportunidad de ennoblecer nuestras acciones pastorales. Necesitamos abrazar la inocencia y alegría de los pequeños. Cuestionémonos en clave de obediencia, si somos fieles continuadores del proyecto liberador de Dios.
“La vida virtuosa, por lo tanto, construye la libertad, la fortalece y la educa, evitando que la persona se vuelva esclava de inclinaciones compulsivas deshumanizantes y antisociales” (AL 267).