30a Semana Ordinario
Santos Simón y Judas (s. I)
Ef 2,19-22: Están edificados sobre los apóstoles
Sal 19: «A toda la tierra alcanza su pregón»
Lc 6,12-19: Escogió a doce y los nombró apóstoles
Por aquel tiempo subió Jesús a una montaña a orar y se pasó la noche orando a Dios.
13 Cuando se hizo de día, llamó a los discípulos, eligió entre ellos a doce y los llamó apóstoles:
14 Simón, a quien llamó Pedro; Andrés, su hermano; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé;
15 Mateo y Tomás; Santiago hijo de Alfeo y Simón el rebelde; 16Judas hijo de Santiago y Judas Iscariote, el traidor.
17 Bajó con ellos y se detuvo en un llano. Había un gran número de discípulos y un gran gentío del pueblo, venidos de toda Judea, de Jerusalén, de la costa de Tiro y Sidón,
18 para escucharlo y sanarse de sus enfermedades. Los atormentados por espíritus inmundos quedaban sanos,
19 y toda la gente intentaba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Comentario
En la primera lectura queda claro, que cuando respondemos al llamado del Señor dejamos de ser extranjeros, que la diferencia es oportunidad para construir el Reino de Dios, siempre y cuando Cristo sea el fundamento, sin ideologías ni proselitismos. Como dice el salmista: «Sin que hablen, sin que pronuncien, a toda la tierra alcanza su pregón». La vida cotidiana hace patente el evangelio, encarnando los gestos, palabras y acciones de Jesús. En el evangelio, fruto de la oración, Jesús puede elegir a quienes serán sus discípulos, a quienes propondrá el proyecto del Reino. Pensemos en la forma en que nosotros tomamos decisiones en la vida; si nos dejamos acompañar por Dios, pidiendo sabiduría y si estamos atentos para que confirme nuestras acciones, a través de un discernimiento personal y comunitario. El Maestro conforma la comunidad discipular, llamando a cada uno por su nombre. A Jesús le importamos y nos convoca para ser continuadores de su misión. Su llamada no es por mérito, es por pura gracia.
“Todos los hombres son llamados al mismo fin: Dios” (CEC 1878).
