32º Semana Ordinario
San Diego de Alcalá (1463))
Sab 7,22–8,1: La Sabiduría es reflejo de la luz eterna
Sal 119: «Enséñame, Señor, tus leyes»
Lc 17,20-25: «El reino de Dios está entre ustedes»
Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo iba a llegar el reino de Dios y Jesús les respondió: La llegada del reino de Dios no está sujeta a cálculos;
21 ni dirán: Míralo aquí, míralo allí. Pues está entre ustedes.
22 Después dijo a los discípulos: Llegarán días en que ustedes desearán ver uno de los días del Hijo del Hombre y no lo verán.
23 Si les dicen: Míralo aquí, míralo allá, no vayan ni los sigan.
24 Porque, así como el relámpago brilla desde un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del Hombre cuando llegue su día.
25 Pero primero tiene que padecer mucho y ser rechazado por esta generación.
Comentario
La sabiduría bíblica es don y tarea, pues, aunque sea gratuita implica que actuemos en consecuencia. Hemos leído que la sabiduría es espejo nítido del querer de Dios. Tendríamos que preguntarnos si como cristianos vivimos en la verdad, o por el contrario nos dejamos arrastrar por la falsedad y el autoengaño. No será tan difícil descubrir la manipulación emocional que provocan en nosotros los medios de comunicación; terminamos siendo presa fácil de la desinformación y la mentira. Necesitamos pedir la sabiduría para conducirnos con más claridad. Si somos buscadores de la verdad y del sentido pleno de la vida, entonces la sabiduría nos acompañará y defenderá. En el evangelio los fariseos se muestran intrigados por el cuándo y el cómo del Reino de Dios, tal vez se imaginan una llegada portentosa. Aunque Jesús señala que será imperceptible en su manifestación, les habla de un Hijo de Hombre que tendrá que sufrir y padecer para que no prevalezca el mal o el anti reino. Ocupamos oídos atentos, ojos abiertos y corazón vigilante para participar de él.
“En la medida en que Él logre reinar entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos” (EG 180).
