“Al comienzo de este año queremos ponernos a la escucha de este grito de la humanidad para que todos, juntos y personalmente, nos sintamos llamados a romper las cadenas de la injusticia y, así, proclamar la justicia de Dios” (Papa Francisco, LVIII Jornada Mundial por la Paz, 1 de enero del 2025).
Comenzamos este nuevo año con la mirada puesta en la esperanza, guiados por dos momentos clave: la Jornada Mundial por la Paz, que nos invita a construir un mundo más justo y reconciliado, y la preparación para el Jubileo, un tiempo especial de gracia y conversión en la Iglesia.
La Palabra de Dios que nos acompaña este mes nos impulsa a vivir nuestra fe con renovado compromiso. La Epifanía del Señor nos recuerda que Cristo es luz para todas las naciones y que nuestra misión es reflejar esa luz en el mundo. En el Bautismo de Jesús, contemplamos nuestra propia vocación como hijos de Dios, llamados a ser instrumentos de amor y reconciliación.
Ya en el tiempo ordinario, el signo de Caná nos invita a confiar en el poder transformador de Cristo, mientras que el anuncio del Reino en la sinagoga de Nazaret nos llama a ser portadores de buenas noticias para los más necesitados.