¡VEN, SEÑOR JESÚS! (Ap 22, 20)
Adviento, como todo el tiempo que transcurre en Dios, es tiempo de gracia y de nuevas oportunidades. Ojalá sepamos apreciar el valor de la fe para nosotros y para las comunidades en las que perseveramos.
¡Es el tiempo para cosechar lo sembrado! Y de actuar con sabiduría, reconociendo aquello que pudimos hacer mejor y lo que nos queda como un pendiente para el futuro próximo. La vida transcurre y carga con lo que puede ser considerado acierto o desacierto. Nos corresponde discernir a la luz de la Palabra de Dios, la constante oración y el diálogo perseverante en comunidad lo que conviene o lo que no. Los personajes de la liturgia para los próximos domingos nos incentivan no sólo a actuar debidamente sino a confiar, más allá de nosotros mismos, en los planes de Dios para el mundo.
Si pedimos a Dios que venga, sea para iluminar y transformar aquellas oscuridades que no nos dejan avanzar. Pidamos al Jesús niño que nos haga dóciles a la voluntad de Dios, para que nuestro querer se asemeje al de Él y sigamos siendo pregoneros de Buenas Noticias en medio de un mundo adormecido.
Que tengamos la oportunidad de cerrar el 2022 con corazones agradecidos y comprometidos. ¡Feliz Natividad de Jesús y bendecido Año Nuevo!