Pascua, tiempo de resurgir y resignificar nuestra manera de ser creyentes

“Ante los signos persistentes de la guerra, como en las muchas y dolorosas derrotas de la vida, Cristo, vencedor del pecado, del miedo y de la muerte, nos exhorta a no rendirnos frente al mal y a la violencia” (Papa Francisco, Mensaje de Pascua 2022).

Es Pascua, tiempo de resurgir y resignificar nuestra manera de ser creyentes en el mundo de hoy. En medio de un mundo herido, la Pascua nos invita a fijar la mirada en el Dios Padre-Madre de Jesús que con su providencia sale al encuentro de las víctimas para vendar sus heridas y alimentarles; Él es como el Buen Pastor que sabe dar la vida por sus ovejas y da la fortaleza para superar toda adversidad, sacando partido de lo que ensombrece la vida y la debilita. Recibimos la invitación a ser buscadores de esas señales o signos que devuelven vitalidad a las comunidades, testigos de la VIDA que se sobrepone por AMOR. Se trata de un Amor solidario que vence toda indiferencia pero que no obliga, de un Amor dignificador que unifica pero que no uniforma, de un Amor universal que alcanza a todas las criaturas no sólo a los seres humanos. Dispongamos nuestro corazón para que el Espíritu sea el motor que nos impulse a ser testimonio vivo de la luz pascual que resplandece y disipa toda tiniebla.