Editorial de Abril 2023

«¿Qué has visto de camino, María, en la mañana? A mi Señor glorioso, la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!» (Secuencia de Pascua).

Iniciamos abril con la Semana Santa y nuestras cruces a cuestas. Ojalá que se un tiempo para detenernos apasionadamente junto a Jesús y abrazar la vida con más ánimo y compromiso. Sólo quien da su vida con amor, es capaz de comprender el misterio y la locura de la cruz. Ningún sacrificio o dolor ofrecidos con amor, queda sin fecundar.

De hecho, la liturgia de la Palabra de este cuarto mes del año nos regala incontables catequesis para generar encuentros portadores de vida, junto a Jesús Resucitado.

María y la Comunidad Discipular nos invitan a no dejarnos vencer por el dolor y la desesperanza que el mal continúa provocando con crueldad. El mal no se detiene, pero la vida no se deja vencer. Mantengamos esa lucidez pascual para reconocer a Dios en los gestos de amor compartidos, en el sufrimiento hecho aprendizaje, en toda acción de justicia que clama por vida.

“La Pascua no solo acontece durante los cincuenta días luego de la resurrección de Jesús, sino en cada instante en el que la vida es rescatada o bien rehabilitada”.

LA VIDA ESPERA POR TI CADA MANAÑA: RESILIENTE, RELUCIENTE, RESUCITADA. ¡FELICES PASCUAS!