Diario Bíblico en Español

29 de Diciembre del 2024

Primera lectura: Eclesiástico 3,2-6.12-14: 
El que teme al Señor honra a sus padres
Salmo: 128:
Dichoso el que respeta al Señor y sigue sus caminos
Segunda lectura: Colosenses 3,12-21:
Dichoso el que respeta al Señor y sigue sus caminos
Evangelio: Lucas 2,41-52: 
Los padres de Jesús lo encuentran en el templo en medio de los maestros

SAGRADA FAMILIA

 

41 Para la fiesta de Pascua iban los padres de Jesús todos los años a Jerusalén. 
42 Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según costumbre.
43 Al terminar ésta, mientras ellos se volvían, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. 
44 Pensando que iba en la caravana, hicieron un día de camino y se pusieron a buscarlo entre los parientes y los conocidos. 
45 Al no encontrarlo, regresaron a buscarlo a Jerusalén. 
46 Luego de tres días lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 
47 Y todos los que lo oían estaban maravillados ante su inteligencia y sus respuestas. 
48 Al verlo, se quedaron desconcertados, y su madre le dijo: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados. 
49 Él replicó: ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo estar en los asuntos de mi Padre? 
50 Ellos no entendieron lo que les dijo. 
51 Regresó con ellos, fue a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. 
52 Jesús crecía en el saber, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.
 
 
 
Comentario 

 

Hoy se puede hablar con más naturalidad del cuidado de la vida, no sólo en beneficio del género humano sino del propio planeta y sus ecosistemas. El Papa Francisco insiste en que “el daño que la humanidad está haciendo al planeta ya no se limita al clima, al agua y al suelo, sino que ahora amenaza la vida misma en la Tierra” (Escuela Laudato Si, 2022). Y es que, si realmente agotamos las condiciones que hacen habitable la “Casa Común”, no hay futuro posible. En la tradición bíblica, la palabra hebrea be (“casa”) nos ubica en el lugar físico en el que habita la familia y también nos remite a la relacionalidad entre sus miembros e, incluso, al cuidado de la Creación. Una familia creyente es corresponsable de establecer vínculos con otras familias y de colaborar en la sostenibilidad del ecosistema en el que habita, posibilitando relaciones familiares armónicas y saludables. La misión de la familia en el plan de Dios tiene realidades que transformar no sólo en su seno sino en el mundo en el que vive. 

En el libro de Ben Sirá (Eclesiástico) se da importancia a la estructura familiar como uno de los pilares que sostienen la vida social. Aunque se trataba de una sociedad patriarcal que daba toda la autoridad y privilegio al padre por encima de los demás, no podemos desestimar el respeto y veneración que se pide a los hijos e hijas, no a una figura déspota y de autoridad abusiva sino al padre y a la madre porque son fruto del amor que los ha engendrado. Y para que esto no se idealice, la Carta a los Colosenses recuerda que la misión de la familia no se lleva a cabo sin la ayuda de la gracia, por lo que hay que “revestirse de Cristo” para reconocer en cada uno de sus miembros la presencia viva de Dios. Aquí ya no se da cabida al menosprecio, la discriminación o el abuso; por el contrario, padres, madres, hijos e hijas, como nueva creación, inauguran un nuevo modelo de familia.

Es aquí donde nos concentramos en la escena del evangelio en la que Jesús abre el abanico de la familia ensanchando su corazón y reconociendo, sí, la paternidad de José y la maternidad de María, pero, ante todo, la paternidad de Dios que le invita a hacerse uno con todos, sin distinciones, en la gran familia universal de Dios. Demos gracias por esa familia que nos da cobijo y calor y pidamos por quienes carecen de ella.

 

“Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa” (GE 7).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El DIARIO BÍBLICO es un servicio desinteresado y no lucrativo que los Misioneros Claretianos de América hacen a la Nueva Evangelización, para las iglesias locales del Continente y de otras iglesias hispanoparlantes de más allá.

Esta es una publicación de © MICLA, que forma parte del grupo de Editores Claretianos Claret Publishing Group.
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