Primera lectura: Heb 13,15-17.20-21:
«No olviden hacer el bien»
Salmo: 23:
«El Señor es mi pastor; nada me falta»
Evangelio: Mc 6,30-34:
Estaban como ovejas sin pastor
4a Semana Ordinario Andrés Corsini (1373)
31 Él les dijo: «Vengan ustedes solos, a un paraje despoblado, a descansar un rato». Porque los que iban y venían eran tantos, que no les quedaba tiempo ni para comer.
32 Así que se fueron solos en barca a un paraje despoblado.
33 Pero muchos los vieron marcharse y se dieron cuenta. De todos los poblados fueron corriendo a pie hasta allá y se les adelantaron.
34 Al desembarcar, vio una gran multitud y sintió lástima, porque eran como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles muchas cosas.
¿Cómo se identifica a una persona que construye el reino de Dios? El autor de Hebreos recuerda: «No se olviden de hacer el bien y de ser solidarios: ésos son los sacrificios que agradan a Dios». La enseñanza de este maestro cristiano se sustenta en la tradición de amor al prójimo relacionada con la misión de Jesús, que entrañablemente se compadeció del pueblo extenuado. ¿Cómo traducir ese amor solidario en nuestro tiempo? Al Papa Francisco le preocupa la indolencia del mundo de hoy donde «no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si “todavía no son útiles” —como los no nacidos—, o si “ya no sirven” —como los ancianos—. Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de despilfarro, comenzando por el de los alimentos, que es uno de los más vergonzosos» (FT 18). Hagamos de nuestras comunidades espacios para compartir, sensibles y atentos al dolor, no encerrándonos o alejándonos de las principales situaciones que nos afectan.
“Digámoslo, hemos crecido en muchos aspectos, aunque somos analfabetos en acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles y débiles de nuestras sociedades desarrolladas” (FT 64).