Diario Bíblico en Español

31 de Mayo del 2023

Primera lectura: Sof 3,14-18: 
El Señor será el rey de Israel
Salmo: Interleccional Is 12:
«¡Qué grande es, en medio de ti, el Santo de Israel!»
Evangelio: Lc 1,39-56: 
«Mi alma canta la grandeza del Señor»

8a Semana Ordinario Visita de María a Isabel

39 En aquel tiempo, María se levantó y se dirigió apresuradamente a la serranía, a un pueblo de Judea.
40 Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
41 Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre; Isabel, llena de Espíritu Santo,
42 exclamó con voz fuerte: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
43 ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
44 Mira, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura dio un salto de gozo en mi vientre.
45 ¡Dichosa tú que creíste! Porque se cumplirá lo que el Señor te anunció».
46 María dijo: «Mi alma canta la grandeza del Señor,
47 mi espíritu festeja a Dios mi salvador,
48 porque se ha fijado en la humildad de su sirvienta y en adelante me felicitarán todas las generaciones.
49 Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí, su nombre es santo.
50 Su misericordia con sus fieles se extiende de generación en generación...».
56 María se quedó con ella tres meses y después se volvió a casa.
 
Comentario 

 

Una joven judía valiente que, a sabiendas de los peligros del camino y lo contraproducente que era para una mujer caminar sin la compañía de un varón en aquellos parajes, va a la casa de otra mujer suscitando un encuentro solidario de apoyo y mutua compañía. Ellas no se encuentran solas; son portadoras de una vida en sus vientres, en los que se gesta un proyecto de liberación para Israel y ellas se regocijan por el favor de Dios. Ambas comparten la belleza e incertidumbre de la maternidad. Ellas depositan su confianza en Dios y se disponen a colaborar con Él, a pesar de su condición de mujeres marginales para aquella sociedad. Dios las ha dignificado recordándoles que son portadoras de vida especialmente para el pueblo empobrecido del cual forman parte. ¿Reconocemos el papel de la mujer en nuestra comunidad de fe? ¿Podría tu comunidad ayudar a las mujeres embarazadas que están desprovistas de apoyo y con necesidades? ¿Y a las que sufren violencia? ¿Y a las que están solas?

“Y como María, la Madre de Jesús, «queremos ser una Iglesia que sirve, que sale de casa, que sale de sus templos, que sale de sus sacristías, para acompañar la vida...” (FT 276).