Primera lectura: Dn 3,14-20.24.28:
Envió un ángel a salvarlos.
Salmo: Interleccional Dn 3:
A ti gloria y alabanza por los siglos
Evangelio: Jn 8,31-42:
Serán realmente libres
5a semana de Cuaresma Jonás y Barquicio (s. III)
32 conocerán la verdad y la verdad los hará libres».
33 Le contestaron: «Somos descendientes de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Por qué dices que seremos libres?».
34 Jesús les contestó: «Les aseguro que quien peca es esclavo;
35 y el esclavo no permanece siempre en la casa, mientras que el hijo permanece siempre.
36 Por tanto, si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.
37 Yo sé que ustedes son descendientes de Abrahán; pero tratan de matarme porque no aceptan mi palabra.
38 Yo digo lo que he visto junto a mi Padre; ustedes hacen lo que han oído a su padre».
39 Le contestaron: «Nuestro padre es Abrahán». Replicó Jesús: «Si fueran hijos de Abrahán, harían las obras de Abrahán.
40 Pero ahora intentan matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Eso no lo hacía Abrahán…».
Aquello que nos da libertad la mayoría de las veces deriva de nuestras opciones y vínculos establecidos. Nos hacemos más libres cuando somos capaces de elegir aquello que genera bienestar a nuestras vidas y a nuestro entorno. También ejercemos nuestra libertad cuando entablamos relaciones que nos hacen mejores personas, siendo capaces de perdonar y perdonarnos; cuando somos capaces de decir la verdad, aunque eso implique una incomodidad o pérdida de algunas relaciones. Nuestras convicciones de fe y nuestras relaciones interpersonales nos impulsan a hacer lo correcto, aunque no siempre seamos beneficiados. El primer deber lo tenemos con la vida misma, que poco a poco parece estar perdiendo valor y aprecio. Pidámosle tener la libertad de espíritu que tuvo Jesús y un corazón semejante al suyo, sin reservarse nada para sí. Que alcancemos la coherencia de quienes viven lo que predican, a fin de mantenernos fieles a la Palabra de la Vida.
“Los valores de la libertad, del respeto recíproco y de la solidaridad se transmiten desde la más tierna infancia” (FT 114).