Diario Bíblico en Español

27 de Noviembre del 2022

Primera lectura: Isaías 2,1-5: 
El Señor reúne a las naciones
Salmo: 122: 
Qué alegría cuando me dijeron: ¡Vamos a la casa del Señor!
Segunda lectura: Romanos 13,11-14: 
Nuestra salvación está cerca.
Evangelio: Mateo 24,37-44: 
¡Estén en vela, para estar preparados!

1o Adviento Virgilio (784) Ntra. Sra. de la M. Milagrosa

37 La llegada del Hijo del Hombre será como en tiempos de Noé:
38 en aquellos días anteriores al diluvio la gente comía y bebía y se casaban, hasta que Noé se metió en el arca.
39 Y ellos no se enteraron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos. Así será la llegada del Hijo del Hombre.
40 Estarán dos hombres en un campo: a uno se lo llevarán, al otro lo dejarán;
41 dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán, a la otra la dejarán.
42 Por tanto estén prevenidos porque no saben el día que llegará su Señor.
43 Ustedes ya saben que si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, estaría cuidando para que no le abran un boquete en la pared.
44 Por tanto, estén preparados, porque el Hijo del Hombre llegará cuando menos lo esperen.
 
Comentario 

Comenzamos el tiempo de Adviento, tiempo para reavivar la esperanza, tiempo que nos prepara para la celebración de la Navidad. Iniciamos también un nuevo año litúrgico en el cual haremos memoria agradecida de la vida y misión de Jesús nuestro Señor. La Palabra de Dios nos acompaña en esta vivencia cristiana y nos da luz para reubicarnos en el hoy de nuestra historia.

El profeta Isaías nos anima a caminar en la luz del Señor confiando que Él está presente en nuestra historia. Se encuentra vivo y habitando esos lugares que hoy se irrespetan: las montañas, los ríos, la naturaleza toda. Él nos instruye en sus caminos y nos da su Palabra, pero pareciéramos desoír su voz, confundiéndola con las promesas de progreso y desarrollo ilimitado del sistema mundo. El profeta del universalismo de Dios anuncia la paz como el anhelo más profundo de la soberanía de Dios en nuestro mundo. Este servicio a la paz soberana es responsabilidad de todas las comunidades cristianas. Son muchos los aspectos en los cuales podemos realizar y concretar esta particular misión: en la defensa de los bienes naturales comunes, de la tierra, de los alimentos y medicina ancestral.

En la segunda lectura, Pablo termina su exhortación sobre la conducta cristiana dándole un carácter de urgencia, hace un llamado a que sepamos reconocer el momento en el que vivimos: «¡Ya es hora de que despertemos del sueño!». Este tiempo que nos ha tocado vivir está caracterizado por la incertidumbre. Las distintas situaciones sociales y políticas crean inseguridad y zozobra. Podemos tener la impresión de que no salimos de la noche y que la oscuridad es más fuerte. Pablo nos hace un llamado, en este tiempo de espera anhelante, a despertarnos y revestirnos de las obras de Jesús que están siempre al servicio de la vida.

El evangelio de este domingo nos anuncia la consigna de este tiempo litúrgico: «Estén prevenidos (¡vigilen!) porque no saben el día que llegará su Señor»; es el mensaje que desde sus orígenes la Iglesia anuncia incansablemente en la historia. Es una invitación a ver el futuro con esperanza y afrontarlo con la confianza puesta en Dios, asumiendo con responsabilidad el momento presente, dejando a un lado la ingenuidad y la insensatez. Nos exhorta a ser prudentes, a ser precavidos ante los imprevistos, a no creer saberlo todo en antelación. Es una invitación a tener paciencia, a vigilar. ¿Soy consciente de la fuerza del mensaje de Jesús? ¿Estoy despierto o me encuentro dormido?