Diario Bíblico en Español

21 de Mayo del 2023

Primera lectura: Hechos 1,1-11: 
Lo vieron levantarse
Salmo: 47: 
Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas
Segunda lectura: Efesios 1,17-23: 
Lo sentó a su derecha en el cielo
Evangelio: Mateo 28,16-20: 
«Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra»

6a Semana de Pascua Bernardino de Siena (1444)

16 Los once discípulos fueron a Galilea, al monte que les había indicado Jesús.
17 Al verlo, se postraron, pero algunos dudaron.
18 Jesús se acercó y les habló: «Me han concedido plena autoridad en cielo y tierra.
19 Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos, bautícenlos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
20 y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo».
 
Comentario 

 

Esta fiesta es eminentemente pascual y le pone un sello de novedad a la Creación del mundo, a la liberación del éxodo y a la Salvación de toda vida. Pero, sobre todo, nos indica hasta dónde lleva Dios a quienes siguen el camino que recorrió Jesús. Dios también a nosotros nos introduce en esa dimensión pascual: nos resucita dándonos nuevas oportunidades más allá de nuestras propias experiencias de muerte y nos asciende de los infiernos de este mundo para llevarnos a experimentar nuestra verdadera condición de hijos e hijas suyos.

Generalmente entendemos la «Ascensión» como un subir de “abajo” hacia “arriba” y eso está bien etimológicamente hablando, pero estaría mejor si lo entendiéramos desde la “plenitud”. Vive pleno quien se realiza en sus relaciones laborales, por ejemplo, no sólo por la paga que recibe sino por lo que obtiene de realización haciendo lo que le gusta y sintiendo que con su trabajo ayuda a otras personas, procurando que este mundo sea un lugar mejor. El Señor, con su ascensión, obtuvo el reconocimiento final de toda una vida al servicio de los demás. Y nosotros, ¿seremos reconocidos por haber amado y generado bienestar y plenitud en los demás?

Ojalá seamos, como Jesús, personas cercanas a quienes la están pasando mal, no con recetas falsas, sino con una presencia que haga la carga más liviana y les devuelva el ánimo. Descubramos la importancia del envío que hace Jesús a quienes hemos de ser continuadores de la Misión que humaniza y libera Se necesitan personas misioneras que, dando testimonio de una vida resucitada-regenerada, cuiden y respeten la vida.

Hagamos posible que nuestras eucaristías sean el lugar donde se autoconvoquen todas las personas que optan por la vida; quienes, a pesar de sus dudas y dificultades, encarnan en su día a día la Buena Nueva.

“Colina verde, colina única; peldaño hoy de las Bienaventuranzas; mañana, de la Ascensión” (Pedro Casaldáliga).