Primera lectura: Hch 18,1-8:
Predicaba en la sinagoga
Salmo: 98:
El Señor revela a las naciones su victoria
Evangelio: Jn 16,16-20:
«Su tristeza se convertirá en alegría»
6a Semana de Pascua Juan I, papa y mártir (526) (Ascensión del Señor en algunos países – ver Domingo 29)
17 Los discípulos comentaban entre sí: «¿Qué es lo que dice? Dentro de poco ya no me verán, y poco después me volverán a ver; y qué significa eso de: “Voy al Padre”».
18 Y decían: «¿A qué poco se refiere? No entendemos lo que dice».
19 Jesús comprendió que querían preguntarle y les dijo: «Ustedes discuten entre sí qué significan mis palabras: “dentro de poco ya no me verán y poco después me volverán a ver”.
20 Les aseguro que ustedes llorarán y se lamentarán mientras el mundo se divierte; estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo».
Como aquellos primeros discípulos, que seguían a Jesús pero sin entender mucho de lo que les decía, también nosotros podemos vivir gran parte de nuestro ser cristianos, de nuestro discipulado, “dormidos”, sin haber llegado a comprender, experimentar y compartir a Dios en Jesucristo. En la época de San Pablo, aun pareciendo exitosa la conversión del jefe de la sinagoga y la de muchos corintios, el apóstol tuvo que practicar la tolerancia e intensificar su comprensión en la lucha contra el fanatismo judío. Porque en aquellas primeras comunidades, como en las de hoy, muchos realmente no entendían de qué iba el Evangelio… y esto les impedía vivir en la certeza de la vida para siempre, en una fraternidad más profunda y en la Esperanza cierta de que su tristeza se convertiría en alegría.
“Danos, con tus sonrisas, con tus lágrimas nuevas, el pez de la Alegría, el pan de la Palabra, las rosas del rescoldo... la claridad del horizonte libre, el Mar de Galilea ecuménicamente abierto al Mundo” (Pedro Casaldáliga).